Docentes que se cuidan, estudiantes que crecen: jornada por la salud mental

El Colegio El Carmelo vivió una jornada formativa dedicada a la salud mental, integrando espiritualidad, autocuidado y prácticas de bienestar. Un espacio para sanar juntos y fortalecer a quienes acompañan a nuestros estudiantes.

El 20 de noviembre, el personal de la U.E. El Colegio El Carmelo, en Caracas (Venezuela), se reunió para participar en el Encuentro Formativo correspondiente a noviembre, dedicado íntegramente a la salud mental. La jornada integró espiritualidad, emociones y prácticas corporales, reafirmando que cuidarnos no es un privilegio, sino una responsabilidad compartida.

La mañana inició con una misa de sanación presidida por el padre Nelson Romero, quien recordó que la salud mental no puede separarse de la salud espiritual. “Muchas veces pedimos que Dios habite en nosotros, pero le cerramos la puerta con la ansiedad, el rencor o la desesperanza”, señaló. A través de la unción con óleo balsámico y la aspersión de agua bendita, cada docente y miembro del personal fue invitado a entregar esos pensamientos que pesan más que las mochilas que cargamos a diario. El padre Nelson subrayó que la misa de sanación no es un acto mágico, sino un espacio para reconocer la fragilidad, abrirse al perdón y dejar que la esperanza —según la fe cristiana— renueve nuestra fuerza interior. “Sanar la mente —concluyó— empieza por reconocer que necesitamos ser amados y que, a veces, el primer amor que se quiebra es el que nos tenemos a nosotros mismos”.

Después de la Eucaristía, la Lic. María Flores, fundadora de la Fundación Amigos del Adolescente, ofreció el taller “Cuidando al cuidador”. Explicó que los docentes suelen enfrentar altos niveles de estrés y que el síndrome del profesional agotado —o burnout— avanza cuando se ignoran las señales del cuerpo. “La salud mental no es un lujo; es una necesidad ética. Un adulto desbordado difícilmente puede brindar contención a un adolescente en crisis”, afirmó.

Por medio de dinámicas de integración mente-cuerpo y ejercicios de respiración consciente, los participantes comprobaron cómo una simple inspiración profunda puede disminuir la frecuencia cardíaca y despejar la mente. La especialista cerró invitando a “filtrar” lo que consumimos: “Lo que escuchas antes de dormir y lo que ves al despertar configura tu química cerebral. Protege tu mente como proteges tu salón de clase”.

El encuentro dejó una convicción compartida: la salud mental es un bien colectivo. Cuando el adulto está bien, el estudiante lo percibe; y cuando la comunidad cuida a quienes cuidan, el ambiente escolar se convierte en un verdadero espacio formativo.

Candy Rodríguez Socas, Comunicación