Gabrielle Muntukwaku,ccv (primera a la izquierda), es la coordinadora del centro Kekeli de Togo, que acoge a niñas, niños y adolescentes rescatados de la trata y la violencia sexual. Hablamos con ella con motivo de su participación en el UISG Advocacy – Forum 2023, celebrado en Roma los días 23 y 24 de octubre, que reunió a religiosos y laicos miembros de la red internacional Talitha Kum.
Háblenos de la realidad de la trata en el contexto en el que viaja.
Los fenómenos de la trata y la explotación económica se han hecho visibles en la actualidad tanto en zonas urbanas como rurales, según nuestra experiencia. En cuanto a la explotación económica, un gran número de menores, en su mayoría niñas (de entre 6 y 18 años), trabajan todo el día como empleadas domésticas o vendedoras ambulantes.
¿Cómo se detectan estas situaciones de tráfico?
En cuanto a los casos de niños víctimas de la movilidad interna, los detectamos a través de nuestras actividades de sensibilización en el mercado o en las calles en Lomé. Vamos a los puestos del mercado donde vemos a los niños vendiendo sus mercancías en lugar de ir a la escuela. También nuestros jóvenes denuncian los casos, los jefes de barrio y las comunidades locales.
Para los casos de tráfico transfronterizo, contamos con las fuerzas de seguridad, las ONG locales, la comunidad y los directores de prefectura lanzan la alerta. Todo el mundo está preocupado, pero en el centro recibimos a niñas y niños de entre 6 y 17 años que nos remiten instituciones, otras personas y comunidades.
Las niñas y niños víctimas de trata transfronteriza llegan a nosotros a través del Ministerio de Justicia. acción social y alfabetización a través de la dirección general de protección de la infancia, por servicios de seguridad fronteriza, jefes cantonales, comunidades, ONG).
¿Qué otros tipos de esclavitud se dan en tu realidad?
Los tipos más frecuentes de esclavitud son la movilidad interna, o trabajo infantil, más sujeto a explotación económica, y la movilidad externa, o tráfico transfronterizo. Estos niños trabajan más de 12 horas al día en condiciones difíciles y peligrosas por un salario escaso o nulo.
¿Cuál es el papel de las familias en esta situación? ¿Qué factores hacen caer estas redes de traficantes?
Depende del caso. A veces la familia desempeña un papel protagonista por consentimiento o ignorancia al confiar el niño a los propios traficantes o a un intermediario, un familiar cercano o lejano, una persona con vínculos familiares o un completo desconocido para la familia.
En un segundo caso, la familia puede no ser consciente, pero alguien cercano a ella, como una tía, un tío, un hermano mayor o una hermana mayor, puede estar dispuesto a ayudar a la niña o al niño a crecer con él en la ciudad o en otro pueblo, dándole la oportunidad de ir a la escuela o de aprender un oficio, o vendiéndole mientras tanto.
También puede ser un intermediario que ha hablado con un contrabandista o traficante antes de recoger al niño en el pueblo. Y los padres se quedan a oscuras. Puedo decir que hemos recibido muchos casos así en el centro.
Los factores que pueden acabar con este sistema de redes de trata son el compromiso del Estado en la lucha contra la trata mediante la aplicación de la ley, la puesta en práctica de los convenios firmados con los distintos Estados vecinos y los países de acogida, el trabajo en sinergia con las distintas ONG nacionales e internacionales y los actores de la sociedad civil mediante el refuerzo de las capacidades, la sensibilización de las masas y los medios de comunicación (televisión y radio nacionales y comunitarias).
¿Qué procesos siguen las chicas y chicos cuando se incorporan al Centro Kekeli)?
Hay dos tipos de llegada: los niños procedentes de Gabón son recibidos en el aeropuerto internacional de Lomé acompañados por una delegación de la Dirección General de Protección de la Infancia (DGPE), personal de la OIM y UNICEF y del Centro KEKELI. La DGPE y la DCPJ se encargan de remitirnos casos por vía terrestre desde países de la subregión, como Nigeria, Benín y Ghana. Todos vienen con sus hojas individuales.
En el centro contamos con un hogar de tránsito donde los niños son alojados temporalmente y reciben atención integral mediante apoyo psicológico, socioeducativo y sanitario, así como integración familiar y reinserción escolar y laboral.
En resumen, ofrece a los niños un entorno adecuado para reconstruir sus vidas. En la recepción, la unidad social abre el expediente y escucha a cada niño. Y continúa con la búsqueda de la familia con la ayuda de los directores de prefectura de la zona de origen del niño.
El centro les ofrece un lugar donde pueden se les escucha y pueden desarrollarse.
¿Qué otras familias u organizaciones religiosas colaboran con usted?
En lo que respecta al tráfico de personas, somos la única congregación que acoge a inmigrantes, pero trabajamos en red con múltiples organizaciones tanto a nivel nacional como internacional. La lista a nivel nacional o regional es muy larga. En el ámbito internacional, contamos con el apoyo financiero de la Diputación Foral de Álava, las Naciones Unidas y la Comisión Europea, Unidos contra la Esclavitud Moderna, Solive, Fundación Vic, OIM y Manos Unidas.
¿Puede hablarnos de esta reunión con Talitha Kum?
En lo que respecta al foro, su objetivo era una conversación orientada a la acción y la defensa de promover y aplicar estilos de vida y prácticas sociales y económicas sostenibles respetuosa con las necesidades de las poblaciones más vulnerables, y comunidades guiadas por la espiritualidad, la solidaridad y la no discriminación. Hubo varios ponentes que compartieron con nosotros sus experiencias profesionales, especialmente buenas prácticas con comunidades basadas en sus luchas cotidianas por la justicia.
¿Qué se lleva de esta reunión en Togo?
Esta reunión me ayudó a reforzar el trabajo en red y la sinergia con las estructuras locales y las instituciones estatales que ya estamos realizando, y a no renunciar a las distintas experiencias de buenas prácticas. Trabajar en red más en la prevención, haciendo mayor hincapié en la sensibilización en los medios de comunicación. Crear las condiciones para el diálogo con las comunidades y la sociedad civil. Tener más opciones para la defensa de los más vulnerables de la sociedad.
María José Meira