Asamblea Anual de Filipinas: agradecidas por el pasado, caminamos en sinodalidad, abiertos a descubrir lo Nuevo traído por el Espíritu de Dios

Del 3 al 6 de mayo de 2025, las Hermanas de la Delegación de Filipinas nos reunimos en nuestra Asamblea Anual. Quedamos llenas de gratitud y alegría por reunirnos como una sola Familia Vedruna con la presencia de una de nuestras consejeras del Equipo General, Hna. María Irizar. Fue un momento de diálogo, escucha y encuentro, compartiendo juntos la vida y la misión de las Hermanas a lo largo del año y la realidad actual de la Delegación. Llenas de entusiasmo y esperanza en un futuro mejor, pudimos nombrar algunos puntos en los que necesitamos trabajar y discernir.

Durante la Asamblea, nos hemos enriquecido con diferentes conferencias temáticas: Doc. Maritess Dionson habló sobre «Salud holística y envejecer con gracia», diciéndonos que el sueño es reparador, que evitáramos el estrés en la medida de lo posible y que la risa es la mejor medicina.

En «Sinodalidad y liderazgo compartido», Hna. María Irizar citó muchas ideas de las Adiciones, de nuestros Documentos Capitulares Nacer de Nuevo, de Nonell II, de las Cartas de Santa Joaquina, de Sanz y Fores y textos de los Evangelios. Dijo que Nacer de Nuevo nos recuerda lo que significan la sinodalidad y el liderazgo compartido.

«Acompañar a los jóvenes hoy», por Hna. María Socorro Evidente, DC, tuvo una aportación muy sustancial que es esencial en nuestra vida como personas consagradas, y al mismo tiempo la llamada a responder a los signos de los tiempos, especialmente en nuestra misión con respecto a caminar con los Jóvenes. La encíclica del Papa Francisco » Christus Vivit» nos recordó una vez más que debemos reflejar a Jesús a los Jóvenes con nuestra forma de vida, tener un corazón que les escuche, ser Jóvenes de corazón siempre, e ir más allá si es necesario, vivir nuestras zonas de confort, acogerles, abrirles nuestras puertas.

También fuimos desafiadas a cuidar de nosotras mismas, porque la enfermedad llega en cualquier momento y no sólo con la edad. Llamadas a desarrollar un estilo de vida saludable para que podamos estar más disponibles y ser más productivas en nuestra vida comunitaria y en la misión. A vivir y practicar la sinodalidad en la comunidad y la misión. A tener un cambio de corazón para poder vivir esta sinodalidad, a nacer de nuevo y esto lo conseguimos por nuestra propia voluntad de cambio y eso a través de nuestro encuentro diario con el Señor. Hna. María puso preguntas para hacernos y reflexionar dónde estamos en la realidad actual de vivir la sinodalidad.

El último día de nuestra Asamblea, fuimos llamadas a una reflexión más profunda sobre nuestra presencia y realidad. La Hna. María nos ayudó en el proceso de toma de decisiones de nuestra Delegación. Fue un día de oración y discernimiento por el bien común. Cada Hermana expresó sus sentimientos y pensamientos y todas fueron escuchadas y contadas.

Terminamos nuestra Asamblea con principios unificados para concretarlos en nuestro día a día, mientras continuamos el discernimiento sobre cómo podremos sostener nuestra vida y nuestra misión como Delegación.

Hna. Brenda M. Grapinag, ccv, y Hna. Marilou M. Manicad, ccv