Han transcurrido 1.826 días desde la fatídica catástrofe desencadenada por la empresa minera Vale el 25 de enero, en la cual perdieron la vida 272 personas, incluyendo a tres que aún permanecen desaparecidas. Los responsables de este crimen continúan impunes, generando una demanda incesante de justicia.
A lo largo de estos cinco años, la Asociación de Víctimas de Brumadinho (AVABRUM) ha congregado a las familias afectadas el día 25 de cada mes en una ceremonia conmemorativa, recordando el trágico suceso y exigiendo justicia. Este encuentro se lleva a cabo en la entrada de la ciudad a las 12:28 horas, el mismo momento en que ocurrió la tragedia.
Este año 2024, en el aniversario de 1.826 días del evento, la Arquidiócesis de Belo Horizonte organizó la Vª Peregrinación a Brumadinho. Todas las hermanas de nuestra comunidad, junto con numerosas personas de los Movimientos Sociales en los que participamos, estuvimos presentes.
El programa incluyó una cálida bienvenida con desayuno, una Eucaristía y una peregrinación al lugar de la celebración, llevando consigo la imagen de Nuestra Señora de la Abadía, cuyo nombre significa “Nuestra Señora de las aguas sucias”, patrona de las personas víctimas de la minería. Esta experiencia no es única en nuestro Estado de Minas Gerais.
La Eucaristía, presidida por Dom Francisco Cota, Obispo de Sete Lagoas y presidente de la Comisión sobre Ecología de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, fue el punto central de la jornada. Durante su homilía, Dom Francisco criticó enérgicamente al gobierno de Minas Gerais por negociar con fondos manchados de sangre procedentes de las indemnizaciones de Vale, mientras los afectados no participan en las negociaciones que se llevan a cabo a puertas cerradas. ¡Esto exige justicia!
Después de la Eucaristía, presidida por una gran cruz con los nombres de las 272 víctimas, caminamos hasta el lugar de la celebración, donde se realizaron diversas actividades de denuncia y llamados a la justicia. En esta marcha, también se unieron varias comunidades indígenas de la región, danzando al ritmo de su propia música.
A las 12:28, se soltaron 272 globos rojos simbolizando esperanza y afecto; 1.826 globos negros, representando el dolor y la persistente injusticia; y 3 globos amarillos, en representación de las tres personas cuyos restos aún no han sido encontrados. Cada globo contenía una semilla de girasol para sembrar en el lugar donde descendieran.
Nos impactó el número 1.826, que coincide con la fecha de fundación de nuestra congregación. La Hna. Idalina comprendió mejor por qué fue trasladada a la comunidad intercongregacional de Brumadinho, cuya misión principal es brindar apoyo, escuchar el dolor de los afectados y acompañar a las comunidades. La Hna. Idalina también participa activamente en diversos colectivos de lucha, especialmente en los «Sembradores de Laudato Si», y cada 25 de mes está presente en el acto en memoria de las víctimas de la catástrofe.
Regresamos a casa agradecidas por la experiencia vivida y nos comprometemos a orar por todas las familias que enfrentan depresión y una pérdida de sentido en la vida. Pedimos a la congregación que se una a nosotros en oración.
Hnas. de Belo Horizonte y Brumadinho