El 18 de septiembre vivimos la Iª Jornada de Formación del Personal Vedruna en Sinodalidad, una mañana cargada de espíritu, color y compromiso que coincidió, además, con el 72º aniversario de nuestro colegio. Fue una jornada llena de significado, alegría y aprendizaje.
La actividad comenzó con un espacio organizado por el Equipo de Pastoral, donde se nos recordó que, para Dios, cada persona es insustituible. Cada participante decoró una pieza de un gran rompecabezas en forma de corazón, escribiendo su nombre y pintándola con colores. Este símbolo nos recordó que, para Dios y para nuestra comunidad, cada uno de nosotros es importante y necesario, como piezas que se unen para formar un todo lleno de amor y propósito.

Aprovechamos para entonar el Feliz Aniversario al Colegio, celebrando juntos 72 años de historia, compromiso y formación integral. Fue un gesto lleno de cariño y gratitud por todo lo que el colegio representa para cada uno de nosotros.
Para poner en práctica la idea de que “todos somos necesarios”, nos dividimos en grupos y formamos círculos muy unidos y con esfuerzo y coordinación, mantuvimos en el aire un globo sin dejar que cayera. Esta actividad nos demostró que solo juntos, con la participación de todos y todas, podemos cumplir nuestras metas y misiones.
Luego pasamos al Salón Audiovisual donde se nos presentó el lema pastoral de este año escolar que unirá a todos los centros Vedruna de América Vedruna en Sinodalidad. Descubrimos su logo y, con entusiasmo, entonamos el canto que lo acompaña.
El padre William Costa nos acompañó con una charla titulada La Sinodalidad: camino de comunión, participación y misión. Durante su intervención, destacó que la Sinodalidad no es un concepto nuevo, sino que tiene raíces profundas en la tradición de la Iglesia, desde los tiempos de los apóstoles, como lo relata el libro de los Hechos. También nos invitó a reflexionar sobre los desafíos de la Iglesia para superar abusos de poder y burocracias, y avanzar hacia un modelo donde todos caminemos unidos.
Se realizó una actividad recreativa como parte de la reflexión sobre la sinodalidad. Nos amarramos las trenzas de nuestros zapatos con las del compañero de al lado, formando un gran círculo en el patio. El desafío era llegar juntos hasta la cancha, sin dejar a nadie atrás y sin soltarnos. Risas, tropezones y mucho apoyo mutuo se mezclaron en un recorrido que dejó grabado que “Sinodalidad” se traduce, literalmente, en caminar juntos en armonía, reconociendo que siempre habrá un líder que nos guíe, pero que la participación de todos es fundamental para alcanzar el objetivo común.
Como comunidad Vedruna, asumimos el compromiso de transformar nuestro estilo de vida: la Sinodalidad debe traducirse en acciones concretas que evangelicen desde la escucha, el diálogo y la corresponsabilidad. Para terminar, nos reunimos en grupos de trabajo y respondimos a la pregunta: «¿Qué retos tenemos en Sinodalidad en el Colegio?«, compartimos ideas y compromisos que asumimos en este año escolar.
Cerramos la jornada con el corazón lleno de esperanza y el compromiso renovado de seguir construyendo, juntos, una comunidad educativa donde todos seamos protagonistas de nuestra misión.
Candy Rodríguez Socas