Como un río en crecida, los jóvenes de distintos lugares se contagian y avanzan en su compromiso con Jesús y su Reino. Dos experiencias diferentes y a la vez importantes, la de los jóvenes de Lima-Perú reunidos para descubrir al Resucitado, al Jesús que vive y los de República Dominicana descubriendo y profundizando en el legado de Joaquina, su amor a Jesús y su pasión por el Reino.
Jóvenes de Lima al encuentro del Resucitado
El pasado 1° de mayo, la Casa Vedruna de Pueblo Libre abrió sus puertas para recibir a líderes de grupos juveniles de nuestra parroquia, junto con hermanos de las Vicarías 3, 4 y 5 de la Diócesis de Carabayllo, en un encuentro significativo que nos invitó a redescubrir una verdad a veces olvidada: la Resurrección también merece ser celebrada como una fiesta.
Muchas veces, durante la Semana Santa, nos quedamos contemplando la cruz, la pasión, el dolor… pero ¿qué hay de la alegría de la Resurrección? Nuestras hermanas Vedruna nos enseñaron, desde el silencio y la escucha, a vivir y caminar junto con el Resucitado, reconociendo que la cruz no fue el final, sino el inicio de la vida y del amor infinito que Él tiene por cada uno de nosotros.
En un ambiente de reflexión e interiorización, vivimos momentos muy valiosos: desde una carta del Papa Francisco dirigida a nosotros, los jóvenes, en la que cada uno pudo expresar su respuesta, compartiendo testimonios, miedos e incertidumbres que, sin duda alguna, conmovieron a más de uno; pasando a la práctica de la conversación espiritual, algo un tanto novedoso para nosotros, ya que estamos acostumbrados al ruido, a la interrupción, a oír más no a escuchar realmente. En este espacio pudimos conocernos y descubrir que tenemos algo en común: estamos llenos de miedo, pero también llenos de una fe joven, terca y viva.
También hubo espacio para el silencio, ese lenguaje que nos conecta con el corazón de Dios, en donde muchos de nosotros pudimos, al fin, encontrar paz y respuesta a esas preguntas que tanto llevábamos cargando; sentir su presencia desde la calma, la naturaleza y la calidez que nos ofrecía el hogar Vedruna. Finalizamos con una celebración eucarística llena de belleza y sentido, en la que todos fuimos partícipes. Una celebración que avivó nuestros corazones.
Agradecemos profundamente a la Congregación de las Hermanas Vedruna, que generosamente nos acogieron en su casa y nos regalaron una experiencia transformadora. En este tiempo en que caminan rumbo al Bicentenario, su vida y misión siguen siendo una luz de esperanza para la Iglesia, en especial para la Pastoral Juvenil de la parroquia “Jesús Resucitado”.
Que su testimonio siga inspirando a tantos corazones jóvenes a vivir un amor generoso, una misión que inspira, como lo recuerda el lema de este aniversario especial.
¡Gracias, hermanas, por mostrarnos que Jesús Resucitado también camina entre nosotros!
Daphne Aramburu, Pastoral juvenil Parroquia “Jesús Resucitado”
Los jóvenes de República Dominicana en camino al Bicentenario
En el marco de la celebración del Bicentenario de la Fundación de las Hermanas Carmelitas de la Caridad Vedruna, el 18 de mayo se llevó a cabo un encuentro nacional juvenil que reunió a 42 adolescentes y jóvenes procedentes de las distintas comunidades donde las hermanas hacen vida misionera en la República Dominicana.
Esta actividad formó parte de las iniciativas promovidas por la Misión Juvenil Vedruna en el país, con el objetivo de seguir fortaleciendo el vínculo entre los jóvenes y el carisma heredado de Santa Joaquina de Vedruna
El principal propósito fue profundizar en la vida, espiritualidad y legado de Santa Joaquina de Vedruna, contextualizándola dentro de la realidad social, cultural y religiosa actual de la República Dominicana. Asimismo, se buscó motivar a los adolescentes participantes a vivir su fe de forma activa y comprometida, siendo agentes de cambio en sus comunidades.
El encuentro se llevó a cabo en un ambiente de fraternidad, dinamismo y reflexión
Al finalizar el encuentro:
- Los adolescentes demostraron gran interés y participación durante todas las actividades propuestas.
- Se evidenció un fortalecimiento del sentido de pertenencia al movimiento Vedruna.
- Se promovió el compromiso cristiano desde una espiritualidad encarnada en la realidad dominicana.
- Se consolidaron lazos entre las distintas comunidades juveniles Vedruna del país, sentando bases para futuras colaboraciones y encuentros.
El encuentro fue una experiencia significativa que permitió renovar el espíritu misionero de los adolescentes desde el legado de Santa Joaquina. La actividad respondió eficazmente a los objetivos propuestos y dejó una huella positiva en los participantes, que ahora están más motivados a ser testigos vivos del amor, la justicia y la solidaridad en sus comunidades.
Hna. Belky Hernández, ccv














