De la mano de Jesús y Nicodemo, nuestra casa familiar se llenó de nacimientos con diferentes significados: comenzar a vivir, engendrar, dar vida e iniciar la experiencia de la maternidad o paternidad más que biológica (NdN)
En contacto con la naturaleza, del 2 al 9 de enero, en Brasil, tuvimos la gracia de entrar, profundizar y orar con nuestro documento capitular, guiado de manera profunda y dinámica por nuestra hermana María Inés García.
Comenzamos por el diálogo en la noche de Nicodemo con Jesús (Jn 3), ¿cómo es posible que alguien ya viejo vuelva a nacer? ¿Acaso puede volver a entrar en el seno materno para nacer de nuevo? María Inés nos ayudó a tomar conciencia de estas cuestiones existenciales, de nuestra vulnerabilidad personal, comunitaria, congregacional, eclesial, social, planetaria, entre otras… Nos ayudó a darnos cuenta en nuestra vida, de que es Dios quien nos hace nacer, que este proceso de nacer de nuevo en nuestra vida está sucediendo. Íbamos siguiendo este camino de poner nombre a todos los aspectos de lo nuevo que está surgiendo entre nosotras, como signo de la gracia de Dios que nos acompaña.
Oramos con temas de los diferentes capítulos de nuestro documento: Una espiritualidad integral y ecológica; el arte del encuentro; la misión creativa; la familia carismática; la sostenibilidad y la profecía. Son fundamentales para orientar nuestra vida en misión actual. Además de estos temas, nos ofreció textos de apoyo de Liliana Franco, (coord. CLAR) y Benjamín González, SJ, que enriquecieron nuestros momentos de silencio y reflexión grupal, en dónde la Ruah Santa nos encamina a ese nuevo momento que estamos viviendo.
Terminamos estos días con el corazón muy agradecido a Dios, por todos sus finos detalles con nosotras, desde el ambiente, la comida, las personas que prepararon con tanto cuidado y cariño, las celebraciones eucarísticas, los momentos de espiritualidad preparados por las comunidades, el estar juntas en familia.
Ensanchamos la tienda de nuestro corazón para acoger, podar y dejar florecer todo lo vivido en esos días.
Hna. María do Socorro Vieira, CCV