El 5 de octubre marcó un día verdaderamente histórico en la vida del querido Colegio Santa Cruz, cuando fue honrado por el Ayuntamiento de Maringá, Brasil, en conmemoración de sus 70 años de dedicación a la comunidad. La representante del colegio en este evento tan especial fue la Hermana Virma Barion, la primera directora brasileña de la institución y recibió con orgullo el Escudo Municipal en nombre de todos. Además, en esta ocasión, se seleccionaron tres miembros destacados del colegio para recibir el Diploma de Mérito Comunitario en reconocimiento a su larga trayectoria y su representación de los tres sectores clave de la escuela.
La llegada de las Hermanas Marilei (delegada del país), Josefa, Virma, Margarida, Clara, Gracilda e Idalina fue recibida con una cálida bienvenida por parte del Coro Santa Cruz y la contagiosa alegría de estudiantes, profesores y personal.Durante este evento memorable, las Hermanas también llevaron a cabo la inauguración oficial de la nueva Recepción Universitaria del colegio y recibieron un valioso Libro de los Recuerdos que inmortaliza 70 años de su rica historia.
La Hermana Virma, quien ingresó a la escuela en 1956, compartió sus recuerdos y gratitud, destacando: “Maringá estaba en su infancia y sólo cuatro años después de fundada la escuela. Queremos agradecer a quienes, desde el inicio del trabajo, se apuntaron para ayudar. Mucha gente fue a la escuela con la intención de educarse”. Destacó las generaciones que pasaron por las aulas del colegio. “Muchas generaciones pasaron por las clases de esta escuela aprendiendo a amar y entregaron su vida en diferentes lugares para difundir el amor aprendido”.
La concejala Ana Lúcia Rodrigues expresó su satisfacción y honor al homenajear al colegio: “Este homenaje simboliza de manera llamativa el papel histórico de esta institución en la construcción de Maringá”. Recuerda que la escuela fue construida con participación comunitaria. “La escuela fue construida en un terreno donado por una Compañía, y con la colaboración de las hermanas Carmelitas, del sacerdote y de ciudadanos que solicitaron donaciones de materiales de construcción en aserraderos y fábricas de tejas locales, realizaron una construcción colectiva”.
Asimismo recalcó que “la historia del Colegio Santa Cruz es un testimonio de líderes comprometidos, maestros dedicados y familias comprometidas que, juntos, construyeron una institución educativa de excelencia. El legado dejado por estos fundadores, colaboradores y familias es un ejemplo inspirador de cómo la educación puede transformar vidas e impactar positivamente en una comunidad”.
Hermanas de Brasil