Carisma Vedruna al servicio de los refugiados: un compromiso global

En el marco del Día Mundial de los refugiados queremos dar un recorrido global, de la mano de la Hna. Maureen Foltz, de algunos de los esfuerzos que se realizan en apoyo a las personas desplazadas por conflictos y persecuciones alrededor del mundo. Con una serie de eventos y acciones solidarias, se busca visibilizar y asistir a los refugiados, poniendo énfasis en el acompañamiento, la educación y la defensa de sus derechos.

En Estados Unidos, tienen una larga historia de acompañar a refugiados e inmigrantes de América Central y América Latina. En los últimos años, han extendido su apoyo a personas provenientes de diversos países de África, ofreciendo servicios de integración, apoyo psicológico y asistencia legal. Durante las guerras civiles en El Salvador, Nicaragua y Guatemala, algunas hermanas estuvieron en campamentos de refugiados apoyando proyectos de salud y educación y vigilando contra abusos y violencias. Ahora, después de 25 años, están apoyando proyectos de educación y salud con los descendientes de esos refugiados.

En Ceuta, una ciudad clave en la frontera entre España y el continente africano, la congregación trabaja en estrecha colaboración con organizaciones locales para proporcionar asistencia humanitaria y apoyo legal a los refugiados que llegan a esta puerta de entrada a Europa. Allí se brindan refugio temporal, atención médica y programas educativos para los niños y adultos desplazados.

En Taiwán, donde en 2022 residían 796,700 extranjeros y en Japón 17.406,00 aproximadamente. Principalmente de países del sudeste asiático como Indonesia, Vietnam y Filipinas, se han desarrollado programas específicos para apoyar a estos inmigrantes. Las iniciativas incluyen cursos de idioma, talleres de habilidades laborales y servicios de asesoramiento para facilitar su integración en la sociedad taiwanesa.

En Filipinas, las Vedrunas enfocan sus esfuerzos en educar a las jóvenes sobre el tráfico humano como una medida de prevención. A través de talleres y campañas de concienciación, buscan empoderar a las jóvenes para que reconozcan y eviten situaciones de explotación.

En Argelia, la Familia Vedruna colabora con mujeres refugiadas desplazadas por el cambio climático. Las inundaciones, la sequía y la escasez de recursos en sus países de origen las han llevado a buscar refugio en Argelia. Se ofrecen programas de capacitación y apoyo para ayudarles a reconstruir sus vidas.

En Perú, donde residen más de un millón de refugiados y migrantes venezolanos, la Casa Provincial de Vedrunamérica, ubicada al pie de los cerros de Lima, trabaja directamente con las comunidades de inmigrantes que viven en condiciones precarias. Estas personas han construido chabolas de cartón y lata sin acceso a agua ni electricidad, buscando una vida mejor. Aquí se les proporcionan servicios esenciales, como agua potable y programas educativos, para mejorar sus condiciones de vida.

Presencia Vedruna en la ONU

Muchas de estas acciones se realizan a través de UNANIMA International. Hoy por hoy, está liderada por la voz de Jean Quinn, quien ha sido crucial para dar visibilidad a los desplazados en foros internacionales. UNANIMA, co-fundada en 2001 por la Familia Vedruna junto con tres otras congregaciones, se enfoca en ser una voz para mujeres y niños pobres, refugiados e inmigrantes, y el bienestar del planeta. Jean Quinn ha liderado importantes iniciativas para la erradicación del sinhogarismo, logrando que la Asamblea General de la ONU adopte un marco común para combatirlo, y está cerca de conseguir la declaración de un día mundial para su erradicación en 2024. Puedes ver más sobre este último punto en la página web de la Provincia Vedruna de Europa.

Tres puntos claves destacan el compromiso del Carisma Vedruna con los refugiados y migrantes:

  1. Sensibilidad Institucional: La fundadora, Joaquina, fue una refugiada/inmigrante, lo que imprime una sensibilidad especial en la congregación hacia estas personas.
  2. Acompañamiento en el Camino: En todos los continentes, las Vedrunas acompañan a quienes huyen de la guerra, el hambre y la violencia, suavizando la brutalidad de su camino y ayudándoles a mantener su esperanza y dignidad humana, en colaboración con el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS).
  3. Gracia en la Misión: La sensibilidad hacia la misión con Dios encarnado en cualquier lugar es una gracia grande para la congregación, respondiendo a las necesidades en los márgenes del mundo.

Un ejemplo concreto del impacto de nuestras acciones, nos compartió la Hna. Maureen, es Delfina. Una joven salvadoreña que llegó a Estados Unidos como refugiada. Con el apoyo de nuestras hermanas, terminó sus estudios, se convirtió en contadora y ahora trabaja con VedrunAmérica, demostrando el espíritu Vedruna de servicio y fe profunda. Ese servicio y amistad con nuestra Familia Vedruna fue un pilar fundamental hasta que, lamentablemente, falleció de cáncer hace menos de tres meses. Su legado de dedicación y espíritu solidario perdura en la comunidad Vedruna.

Para más información sobre el trabajo de UNANIMA, visita UNANIMA International.