Cerramos el tiempo de Adviento de la mano de la Provincia Vedruna Europa, con una de sus diversas experiencias en la acogida de personas migrantes, proyectos que hacen realidad el reto de ser “casa de puertas abiertas”.
Acogida de inmigrantes en nuestra casa enviados desde la Mesa por la Hospitalidad”, una plataforma de organizaciones de Iglesia en Madrid (España) que trabajan con personas migrantes.
Los chicos que recibimos llegan con deseos de superarse, algunos con estudios medios o superiores, pero sin nada y con mil barreras para conseguir documentos de legalización en España y obtener permiso de trabajo.
En la comunidad encuentran un hogar, servicios básicos y alguna información, encaminada al proceso de formación que les ayudará a ser legalizados.
Llegaron a finales del año 2022 unos jóvenes a los que se dio orientación para estudiar la ESO (Enseñanza Secundaria Obligatoria), estudios que terminarán en febrero del 2024, y que les permitirán tener acceso a ciertos beneficios en España.
Ya han conseguido permiso de asilo y de trabajo; actualmente están ocupados y se sostienen por sí mismos. Son jóvenes que huyeron de su país por no estar de acuerdo con prácticas inmorales relacionadas con el tráfico de drogas.
Otros llegan a nuestra casa huyendo de la pobreza y de la guerra.
Motivaciones espirituales
“La fe auténtica no solo da fuerzas al corazón humano, sino que transforma la vida entera, transfigura los problemas objetivos, ilumina la relación con los demás y los lazos con todo lo creado”. (Laudate Deum, 61)
“La sinodalidad es caminar, orar, soñar y participar juntas. Es un camino de discernimiento en común a la escucha del Espíritu. Es una llamada a la conversión personal, comunitaria y eclesial que tiene como objetivo la construcción de un mundo más justo e igualitario, la construcción de una comunidad eclesial fraterna, sororal y misionera al servicio del bien común”. (Documento capitular “Nacer de Nuevo”, 13)
Lectura propuesta para para la última semana de Adviento: “Fui extranjero y me acogisteis, estuve desnudo y me vestisteis”. (Mat 25,35-46)
