Las Hermanas del Equipo de Gobierno General y de los Equipos Provinciales y la Delegación de Filipinas se reunieron en Vic para la Reunión General Ampliada del 3 al 8 de octubre de 2024

La llegada

Las hermanas de las distintas provincias fueron llegando a la Casa Madre desde tres días antes de la reunión, y todas fueron calurosamente recibidas por parte de las hermanas de la comunidad. Durante los días de llegada, el encuentro de las hermanas que venían de diferentes países, culturas e idiomas se expresó alegremente con el lenguaje corporal compartido de la sonrisa, la risa y el abrazo y el espíritu de la Familia Vedruna.

Las primeras hermanas que llegaron, después de haber descansado del viaje, visitaron a nuestra querida Madre Joaquina en su nuevo hogar temporal. Nos reunimos en Vic para este encuentro gracias a esta gran mujer que escuchó al Espíritu y permitió que el Espíritu generara algo nuevo en su vida y en la Iglesia de su tiempo. En aquella visita y durante todo el Encuentro sentimos su presencia entre nosotras. Sus palabras fueron pronunciadas y resonaron en nuestros corazones muchas veces en la asamblea y en nuestro compartir en grupo. 

Desarrollo del Encuentro

El Encuentro de seis días comenzó el jueves 3 de octubre, a las 10 de la mañana. La Hna. Fátima Borges, moderadora del día, nos hizo conscientes de nuestra universalidad saludándonos en diferentes idiomas. Las actividades de inauguración llenaron la primera parte del día, y la Provincia de Europa nos dio la bienvenida con los símbolos del pan y el vino. También fue ese Equipo quien se encargó de dirigir la oración de inicio, que se realizó de forma creativa, y nos puso en actitud de apertura y esperanza para el nuevo nacimiento. 

Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva. Habían desaparecido el primer cielo y la primera tierra, y el mar ya no existía . 

Apocalipsis 21:1 

En su saludo de inauguración, nuestra Hna. General Mª Teresa Cuervo nos hizo imaginar a Santa Joaquina acogiéndonos en su casa y dándonos sus palabras de aliento. También expresó su deseo de que en este encuentro de hermanas con misión de gobierno «nos sintamos y experimentemos como hermanas en una relación de trabajo conjunto». Nos recordó nuestro compromiso de «fortalecer la dinámica sinodal en la vida de la Congregación». 

La Hermana Mª Teresa nos orientó hacia algunas dinámicas de grupo que nos aportaron valiosos aprendizajes para nuestros trabajos de estos días. Esas dinámicas fueron también momentos de diversión y risas para nosotros.

Durante todos los días del Encuentro se realizaron distintas presentaciones. El Equipo General, los Equipos Provinciales y la Delegación de Filipinas expusieron sus respectivos Planes de Trabajo. La Secretaria general y la Administradora compartieron importantes preocupaciones e informaciones. Las diferentes Comisiones Generales presentaron en línea el trabajo que se les ha encomendado y cómo lo han estado haciendo. Y también tuvimos una charla online sobre «Estilo de Gobierno para la Esperanza» en dos partes, impartida por el P. Francisco José Ruiz, sj.

Cada día, la Oración de Apertura fue dirigida por un Equipo diferente. Todas las oraciones fueron preparadas con  mucha creatividad y símbolos relacionados con nuestra vida y realidad. También se asignó una moderadora para cada día para mantenernos en el camino y terminar lo programado para el día. Para ayudarnos a interiorizar, sentir y tomar el sentido y los mensajes de esas presentaciones, se guardaban minutos de silencio después de cada presentación para dejar que las palabras entraran en nuestros corazones. Después se concedían algunos minutos más para compartir nuestros pensamientos y sentimientos, o hacer preguntas y aclaraciones. A veces, se daban puntos para la reflexión personal, seguida de la puesta en común en nuestros grupos y luego la puesta en común en la asamblea. Esta dinámica de escucha, reflexión, diálogo y puesta en común fue fundamental a lo largo de todos los días del Encuentro.

Lo común, los retos y las llamadas

No fue fácil llevar a cabo estas actividades diarias debido a las limitaciones lingüísticas y, para las que estaban fuera de Europa, también al cambio de hora y de clima, pero todas nos sentíamos entusiasmadas. Exponer en la asamblea la realidad de cada Equipo, con sus retos y preocupaciones, reforzó nuestra sensación de que somos una sola familia

Fue muy significativo y evocó fuertes sentimientos de unidad en la diversidad presentar los Planes de Trabajo de los Equipos y compartir lo específico de cada Provincia y Delegación: lo común, los retos y las llamadas.
Sentimos que nos llevamos en el corazón los desafíos y preocupaciones de cada Provincia y Delegación.
Sentimos que se materializó nuestra realidad como una sola Familia Vedruna.
Sentimos que estamos caminando juntas, buscando juntas que nazca esa nueva vida en medio de nuestra menguante realidad.

Durante nuestra estancia, nos organizamos en grupos de servicio, que colaboraban en la preparación de los espacios donde ocurría el encuentro. Al trabajar juntas en el comedor, el fregadero o la sala, pudimos relajar nuestras mentes después de escuchar y absorber muchas cosas del tiempo de reunión. A veces ocurrían situaciones graciosas por nuestro esfuerzo por comunicarnos en otro idioma, y todo el grupo compartía risas. Otras, salíamos a pasear por la noche, lo que fue otra forma de relajar nuestras mentes y cuerpos y de crear un vínculo fuerte. 

Cierre del Encuentro

En la mañana del último día tuvimos un tiempo de oración y reflexión guiado por la Hna. Inma Eibe, utilizando el texto de Apocalipsis 21:1-7 que nos guio a lo largo de nuestro Encuentro. Fue una reflexión alentadora para nosotras sobre la novedad que Dios sigue recreando cada día en cada situación, pero que pide una transformación y un compromiso. 

Cerramos el Encuentro con la celebración de la Sagrada Eucaristía por la tarde, bellamente preparada por las hermanas de la India. La figura de Marta y María nos invita a vivir la profundidad de la contemplación de Jesús que nos lleva a la acción; una acción que tiene su punto de referencia en una profunda contemplación. Para Nacer de Nuevo necesitamos esta actitud. 

Después de la misa nos reunimos con las hermanas de la comunidad y disfrutamos de deliciosa comida y momentos de conversación. 


Queremos expresar nuestra gratitud a la Hna. Pili y a las hermanas de las comunidades de Casa Madre por la deliciosa y abundante comida que nos sirvieron cada día; estuvieron muy atentas a nuestras necesidades. También agradecemos a la Hna. Carmen Molist por dedicarnos su precioso tiempo para la traducción de idiomas. Hay más hermanas y personas que han contribuido a hacer posible este Encuentro y nos han prestado su servicio, y hermanas que han rezado por nosotras y por este encuentro desde todas las partes del planeta. Os enviamos a todas nuestra más sincera gratitud.

Nelly Tianchon, CCV