Como Equipo General venimos acompañando un proceso muy especial de rehabilitación y reforma de los espacios de nuestro querido Manso Escorial, esa Casa Vedruna, donde todas y todos cuantos formamos parte de la Familia nos sentimos “en casa”.
El proyecto de reestructuración se sitúa dentro de un marco más amplio que incluye nuestra memoria desde los orígenes, la historia y la espiritualidad. También, ofrecer espacios y tiempos de formación en Carisma Vedruna.
En este proceso, ya iniciado desde que se fue soñando y dando forma al proyecto, un momento de especial relevancia y que queremos destacar, ha sido el traslado de la urna de Santa Joaquina y de las vidrieras del Manso.
Por ello, hemos pedido a la H. Mabel Burgell, ccv, que junto a la comunidad y otras personas, estuvo presente en ese acontecimiento, compartir sobre él.
Así transcurrió el traslado de la urna de nuestra Joaquina
Los días 8 y 9 de este mes de mayo del año 2024, hemos vivido en el Manso Escorial unas jornadas muy particulares. Las ya próximas obras de restauración y puesta al día de nuestra casa fundacional, “única” por su pasado como vivienda de Joaquina de Vedruna y como cuna del Instituto fundado por ella, del que tantas y tantos han formado y forman parte desde hace ya casi doscientos años, exigían un delicado traslado: el de las vidrieras de la capilla y el de la urna conteniendo los restos mortales de nuestra Fundadora.
Las mencionadas obras, como sabéis, tienen como objetivo principal la necesidad de poner al Manso en sintonía con los nuevos tiempos, poniendo de relieve, en términos y formas actualizados, la figura, el carisma, la espiritualidad, el magisterio, el testimonio y la obra de Joaquina de Vedruna.
El Manso Escorial de Vic, en tanto que matriz y cuna de la obra universal de esta mujer pionera, ha de ofrecer a quienes lo visitan un itinerario cuyo lenguaje y formas sintonicen con el de las nuevas generaciones, de modo que este patrimonio único de la Congregación, sea un instrumento transmisor de inquietudes y de vida, y no un espacio meramente informativo, aunque también.
El pasado día 8, pues, se procedió a la retirada de las cristaleras de la capilla y a su debido embalaje y almacenamiento, hasta su próxima reposición.
Y el día 9, la delicada y cuidadosa retirada de la urna que contiene los restos mortales de Joaquina, tarea a cargo -como el día anterior- de una empresa especializada en el traslado de obras de arte. Una delicada y trabajosa tarea, que necesitó de toda una mañana, ante la expectación y la emocionada mirada de las Hermanas —y no solo Hermanas— que estábamos presentes.

A las 3 de la tarde, la preciosa urna quedaba dignamente depositada en la pequeña capilla de la casa que, al lado opuesto del jardín del Manso, fue construida durante el generalato de la Hna. Felisa Aragón (q.e.p.d.) para que acogiera el Noviciado de Cataluña y que posteriormente fue residencia de la llamada “Comunidad Inter” por la procedencia intercontinental de las Hermanas que la formaban. Esta casa acoge, desde hace unos meses, a la comunidad del Manso que, antes que Joaquina, ha tenido también que “salir” de la casa fundacional.
Tened por cierto que, junto a esta amada presencia de Joaquina, la comunidad del Manso seguirá siendo la mirada, la memoria, el corazón y la oración de toda la familia Vedruna ante nuestra común Madre, el eco de cuya voz nos seguirá diciendo:
“Yo nunca os olvido, no nos separamos ni con el espíritu, ni con la voluntad, porque todas estáis en mis brazos, y continuamente suplico al Señor por todas”
(Ep. 96)
¡AMÉN!






