Los niños misioneros de Añisok llevan alegría y solidaridad a los enfermos.

En la pequeña localidad de Añisok, en Guinea Ecuatorial, los niños misioneros guiados por las Hermanas Carmelitas de la Caridad Vedruna están sembrando valores fundamentales desde la infancia. Bajo el lema «Hay más alegría en servir que en ser servidos», estos pequeños desarrollan un espíritu de compasión y cuidado por los más vulnerables de la sociedad.

Recientemente, los niños llevaron su noble misión a Akoga, un pueblo ubicado a 30 kilómetros de distancia. La visita no fue solo un gesto simbólico; fue un acto lleno de generosidad y amor al prójimo. Cada niño no sólo llegó con una sonrisa, sino también con regalos útiles para los enfermos, demostrando un compromiso genuino con el bienestar de los demás.

La sorpresa y la alegría se apoderaron de los residentes de Akoga al ver a los pequeños misioneros en acción. Más allá de las simples visitas, estos niños dedicaron tiempo y esfuerzo para ayudar a los enfermos. Desde sacar agua hasta lavar a los necesitados, los niños demostraron un nivel excepcional de compasión y empatía.

El amor al prójimo y el espíritu de solidaridad, inculcados desde temprana edad, fueron evidentes en cada acción de los pequeños. No sólo llevaron consuelo a los enfermos, sino que también regalaron momentos de alegría a través de canciones y risas.

En palabras de quienes presenciaron este acto de bondad, «Damos gracias al Señor por poner en el corazón de estos pequeños el amor al prójimo y el espíritu de solidaridad». La comunidad celebra la enseñanza de estos valores fundamentales, esperando que este ejemplo inspire a más personas a seguir el noble camino del servicio y la compasión. Con alegría y satisfacción, la misión de estos niños misioneros continúa dejando una huella positiva en la sociedad.