Oración de Solidaridad y Esperanza para las Víctimas de la Tortura

Cada 26 de junio, el mundo conmemora el Día Internacional en Apoyo de las Víctimas de la Tortura, una fecha que nos invita a reflexionar sobre la necesidad urgente de erradicar esta práctica inhumana y brindar apoyo a quienes la han sufrido. Este día fue establecido por las Naciones Unidas en 1997, con el objetivo de honrar a las víctimas y reafirmar la convicción de que la tortura es un crimen imperdonable.

El Papa Francisco, ha sido una voz firme en contra de la tortura. En una audiencia general, expresó: «La tortura es un pecado mortal, un pecado muy grave. El corazón y la mente de Dios están siempre con las víctimas de este terrible crimen.» Estas palabras reflejan el profundo compromiso del Papa con la dignidad humana y su rechazo categórico a cualquier forma de tortura.

Como Familia Vedruna, nos hemos comprometido desde nuestro carisma a asistir a los que sufren, a consolar y a dar esperanza a aquellos que han perdido todo. Y desde nuestro último Capítulo General, a “Promover relaciones de cuidado y actitudes no violentas, situándonos con firmeza ante el maltrato y el abuso en todas sus expresiones” (NdN 2.5), conscientes de que la tortura es una de ellas, de las que más produce daños a las personas.

En este día, renovemos nuestro compromiso con la justicia, la paz y la dignidad humana, y sigamos el ejemplo de compasión y valentía que nos ofrecen el Papa Francisco y nuestra Santa Joaquina. Oramos por aquellos que hoy sufren:

Oración

Dios Padre
que has creado a cada ser humano a tu imagen y semejanza
y nos has dado la dignidad de ser tus hijos amados.
Te pedimos por las numerosas víctimas de la tortura,
por aquellas que han muerto
y por las que han sufrido daños físicos o psicológicos.
También por sus familiares y seres queridos,
y por sus torturadores.
Ayúdanos a comprometernos concretamente en la abolición de la tortura
y a trabajar y sufrir por la justicia y la paz.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor,
que fue torturado y ejecutado en la cruz para nuestra salvación.
Amén.

Fuente: Aleteia