Respondiendo al llamado que hizo la CLAR y secundado por la Congregación, elevamos nuestra oración por Haití, en los 11 países de América donde la Congregación está presente, desde las diferentes instancias de colegios, comunidades, grupos… y en diferentes momentos.
Nos sentimos parte de una misma realidad, de un mismo continente, de una misma historia de camino, de lucha, de búsqueda de identidad como pueblo.
Lo que le pasa a Haití nos duele en el corazón, sentimos el corazón herido y sabemos que debemos hacer algo, sin esperar a que otros hagan. Cada cual iremos aportando nuestro granito de arena para que esta situación de violencia descontrolada, de ahogo de la vida de los más pequeños y vulnerables sea revertida y entre todos y todas se puedan encontrar vías de solución de paz, de saneamiento de los organismos públicos, de gobernabilidad, de reconstrucción del país, en estos momentos en manos de las bandas armadas que siembran caos, violencia, miedo.
Soñamos con un país libre, donde todas y todos tengan acceso a la educación, a la salud, a los alimentos, a una casa digna, a un trabajo que les permita subsistir y vivir con dignidad.
¡Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, patrona de Haití, acompaña a este pueblo, destierra la violencia y suscita los gobernantes y la solidaridad internacional que tus hijos e hijas necesitan en este momento!
Hna. Isabel Miguélez, CCV