Con agradecimiento las hermanas recibimos la invitación de miembros de la comunidad cristiana de Luya, para participar de la celebración al conmemorarse 75 de la presencia de las hermanas en Perú y 40 años compartidos en el pueblo de Luya. En nombre de todas las hermanas fui enviada a Luya acogiendo con alegría la invitación.
Decir «¡GRACIAS QUERIDO PUEBLO DE LUYA!» es poco. Yo no me imaginé que iba a vivir una honda experiencia de recuerdos, anécdotas, nombrar a las hermanas que pasaron por Luya… El encuentro que tuve con los jóvenes. En ese espacio surgieron testimonios espontáneos: “Las hermanas caminaron con nosotros, nos regalaron su alegría, nos inculcaron a defender la justicia y especialmente a valorar a la mujer”. “Estuvieron siempre atentas a las necesidades del pueblo. Impulsaron y acompañaron varios espacios de formación. En un trabajo conjunto con las autoridades se logró tener nuestra Posta de Salud, hoy llamado Centro de Salud”. “Las hermanas no se han ido, dejaron huellas en nuestra vida y siempre las tendremos presente”.
El domingo por la mañana se llevó a cabo la celebración de la Eucaristía, preparada con amor y delicadeza por “las laicas Vedruna”, personas que muy de cerca compartieron la vida en misión con nosotras. Signos diversos recogieron el sentir del pueblo por todo lo que significó nuestra presencia en Luya. El alcalde en nombre de todo el distrito de Luya agradeció la entrega fiel de las hermanas, y especialmente la cercanía y solidaridad con quien más lo necesitaba.
Ver al pueblo reunido en la celebración me causó emoción, sentía el espíritu Vedruna vivo, que se movía y sonreía. Fue un derroche de cariño por todas las VEDRUNA. Yo en nombre de todas fui acogiendo abrazos, palabras, detalles, que me llenaron de fortaleza y el eco en mi interior: “Hermanas, no nos detengamos, apostemos por lo pequeño, y tomados de la mano con nuestros hermanos, sigamos abriendo camino y dejando huellas ahí donde somos enviados por el buen Jesús”.
Hna.Inés Rojas Mori. CCV
A continuación, algunos testimonios de personas que expresaron sus sentimientos:
Con gran entusiasmo y gratitud celebramos la presencia de las hermanas Carmelitas de la Caridad Vedruna por los 40 años de misión en nuestro pueblo de Luya y 75 años en nuestro país.
Recordamos que llegaron a nuestra localidad y sus alrededores con el propósito de llevar a cabo su labor apostólica desempeñando un papel fundamental en la formación de valores espirituales y culturales entre la población.
A través de su labor misionera, nos ayudaron a cultivar el amor a Dios y al prójimo, enfocándose en la revaloración del rol de la mujer en la sociedad, el trabajo comunitario, la generación del autoempleo con emprendimientos locales, creación de espacios recreativos y de formación espiritual para niños y jóvenes con el TUPAY, la asistencia de salud en el tópico por la Hna. Antonia Olave y Promotores de Salud, alfabetización para adultos, desarrollo de habilidades con la creación del Centro de Educación Ocupacional Santa Joaquina de Vedruna (Hoy CETPRO Santa Joaquina de Vedruna) y la formación de casas hogares para adolescentes estudiantes que vienen de lugares alejados.
Recordamos con nostalgia a las hermanas Carmelitas que nos acompañaron durante muchos años en nuestro pueblo y que gracias al espacio de confianza, formación y motivación que nos brindaron hoy existe una población con muchos valores.
La más grande muestra de agradecimiento a las hermanas Carmelitas de la Caridad Vedruna fue la misa ofrecida el domingo pasado en donde la población participó con mucha alegría en los actos litúrgicos, para luego escuchar el mensaje de nuestra querida Hna. Inés Rojas, CCV, en donde recordamos cómo llegaron a nuestro país y a nuestra localidad. Así mismo hizo una remembranza de cada una de las actividades que ellas realizaron en nuestro pueblo. Todos los que tuvimos la gracia de compartir con ellas, nos sumergimos en el recuerdo de una etapa que marcó significativamente nuestras vidas.
El homenaje a la labor que ellas realizaron en nuestro pueblo concluyó con un rico almuerzo típico, ofrecido con gran cariño por la población en donde compartimos muchos recuerdos y anécdotas con todos.
Es importante recalcar que ellas siempre estarán presentes en nuestros corazones y en nuestra vida diaria. Gracias por todo.
Mónica Villar – Luya
GRACIAS HERMANAS POR SU ENTREGA FIEL EN NUESTRO POBLADO DE LUYA
La celebración fue un día de regocijo y gratitud de muchas personas, que hemos compartido bonitas experiencias de vida con las hermanas y laicas en el tiempo que estuvieron en nuestra localidad.
¡Cómo hubiésemos querido que sigan con nosotras! Su Carisma de amor a Dios y al prójimo era contagiante y nos animaba a seguir junto a ellas, desarrollando diferentes actividades, priorizando la salud, educación, y promoción de la mujer para ser cada día más independiente y valerse por sí sola.
Ellas dejaron huellas en nuestras vidas para caminar con firmeza y ser personas comprometidas en nuestra sociedad.
Nuestra eterna gratitud y agradecimiento a todas las hermanas que estuvieron con nosotros, y también a las hermanas que cumplen la misión Vedruna en nuestro país. Nuestras oraciones para aquellas hermanas que ya están en la gloria del Señor.
Paula Tuesta Cullampe. Luya