En Perú, desde el año 2008, venimos participando, como congregación, en la Red Kawsay, comisión permanente de la CONFER Nacional, para la lucha contra la trata de personas.
Las líneas de trabajo de la Red son formación, sensibilización, información, prevención, acogida a sobrevivientes e incidencia en las decisiones políticas del país.
Una labor bien ardua; es por eso que, aunque 38 congregaciones estamos activas y comprometidas en las diferentes actividades, sólo logramos responder a algunas de las demandas que se nos hacen. Dada la amplitud y arraigo de este flagelo, quisiéramos estar presentes en todo el país; por el momento sólo llegamos a 16 regiones de las 25 que lo conforman.
Esta tarea no la hacemos solas, siempre buscamos estar en red con otros organismos y ONGs a nivel nacional, americano e internacional, eclesiales como Talitha Kum, CLAR, UISG, Observa la Trata, CLAMOR-CELAM, y otras. Esta interconexión nos ayuda a tener una mirada amplia y ser más eficaces en nuestra acción, ya que la trata traspasa las fronteras.
Mi trabajo y compromiso, por ser parte del equipo coordinador, me llevan a conocer de cerca esta realidad e ir delineando, junto con los demás miembros, caminos de respuesta a las demandas planteadas, realizar y preparar materiales de apoyo para ser utilizados en las distintas campañas nacionales, latinoamericanas, internacionales, formaciones, capacitaciones a religiosas/os, docentes, alumnas y otros grupos, preparación de encuentros en línea, manifiestos… entre otras actividades.
Para ello he tenido que prepararme, formarme, y realizar cursos en línea, a nivel internacional, para poder desarrollar esta misión con la responsabilidad y el compromiso que requiere.
Como vivo en la selva, mi trabajo/misión es en el río; en las visitas que realizo a los poblados y caseríos rivereños, aprovecho toda ocasión para conversar, motivar, advertir y detectar, pues los jóvenes y adolescentes, por su vulnerabilidad, son víctimas potenciales.
Es una tarea que me apasiona, me llena de energía y me anima a estar activa y creativa en la lucha contra este flagelo. Siento que respondo a la petición que nos hace el último documento capitular “Nacer de nuevo, 20”:
“…Queremos, como Joaquina, seguir participando con las mujeres en procesos de promoción y liberación. Nos sentimos plenamente implicadas con ellas como mujeres que somos…
Deseamos que nuestros espacios de misión sean escenarios posibilitadores de encuentro en defensa de la vida, donde se tejan redes con hilos de cuidado y ternura. Queremos abrazar y acoger a niñas que viven en situación de gran vulnerabilidad, en la calle, en orfandad y abandono, víctimas y supervivientes de violencia y abuso sexual, trabajo infantil y trata…”
Hna. Isabel Miguélez, ccv








