Celebrando con la Iglesia la XXVIII Jornada Mundial de la Vida Consagrada, recuerdo con afecto esta potente imagen en que Rut y Noemí comparten una mirada de complicidad en el camino. Y también una frase que ha tenido un especial significado para nosotras hace unos años, sobre nuestra Vida Religiosa.
«Estamos de pie sobre los hombros de grandes mujeres y debemos hacer lo que nos corresponde ahora para que exista la posibilidad de una futura Vida Religiosa para las que vienen después de nosotras».
Nancy Schreck, osf

Contemplando nuestra Vida Religiosa Vedruna, ubicada entre muchas otras hermanas “amigas”, hijas de otras Mujeres Fundadoras que, igual a Joaquina de Vedruna, fueron generadoras de Vida que se multiplica, me doy cuenta de que tanto la frase cuanto la imagen, continúan teniendo significado. Aún más cuando nos ubicamos como Congregación en el desafío que se nos plantea a nacer de nuevo en el hoy de la Historia.
¿Por qué continúan teniendo significado esa frase y esa imagen? Porque veo que seguimos creyendo en una manera de vivir nuestra llamada común de ser Vida Religiosa…
Juntas seguimos creyendo…
- …en una Vida Religiosa (VR) que sigue escuchando la misma llamada de Jesús a seguirlo, siendo Hermana en misión, caminando en dinámica intercongregacional. Esa manera de vivir en comunión con la Humanidad y con todos los demás seres del universo, en una búsqueda continua por abrazar nuestra propia vulnerabilidad y por cultivar relaciones de cuidado mutuo y respeto. ¡En eso estamos!
- …en una VR de solidaridad intergeneracional, porque experimentamos en la vida de cada día la sororidad que trasciende las diferencias generacionales y que promueve el diálogo y el intercambio de experiencias entre hermanas de distintas edades. ¡Y cómo esto enriquece la vida comunitaria, Dios mío!
- …en una VR donde, unas y otras – y con muchas otras personas – nos brindamos un acompañamiento espiritual y apoyo mutuo en el camino de crecimiento personal y en la vivencia de nuestra vocación religiosa. ¡Y cómo esto fortalece los lazos de fraternidad y confianza dentro de la comunidad y hacia donde nuestros pies y corazones pisan!
- …en una VR que reflexiona continuamente sobre sí misma, cuando buscamos promover al interior de nuestra organización la participación en sinodalidad, garantizando que todas las hermanas tengan su espacio en la toma de decisiones y en la definición de las políticas y acciones de la comunidad. ¡Vamos aprendiendo!
- …en una VR presente en las periferias existenciales y geográficas. Nuestros esfuerzos van en la línea de permanecer, aun en las circunstancias más adversas, apoyando a los migrantes, refugiados y pueblos autóctonos y promoviendo la interconexión entre culturas y religiones diversas. ¡Vedruna! – presente!
- …en una VR que se implica con la Justicia y Paz, permaneciendo, a contra-corriente, en aquellas presencias y acciones de compromiso con la justicia social y la construcción de la paz, promoviendo la defensa de los derechos humanos y la solidaridad con los más vulnerables. ¡Descubrimos creativamente que todas podemos dar nuestro aporte en ello, todas!
- …en una VR que asume la Ecología Integral como camino de vida. Cuando promovemos el cuidado responsable de la creación y adoptamos prácticas sostenibles en la vida cotidiana, a la vez, nos comprometemos con las grandes luchas en favor de nuestra Casa Común. ¡Así, estamos aportando nuestro granito en hacer de la Tierra un lugar bueno para vivir a nosotras y a las futuras generaciones!
- …en una VR que se relaciona con una ética económica basada en la solidaridad y la justicia, con un estilo de vida según el Evangelio. Vamos ahondando en el serio camino de promover prácticas financieras transparentes y responsables que contribuyan al bien común y al desarrollo sostenible. ¡Unir esas dimensiones es fundamental para la vida en el Planeta!
- …en una VR que empodera el femenino, fortaleciendo nuestra misión como mujeres, promoviendo la igualdad de género y el reconocimiento de nuestra voz y liderazgo en la Iglesia y la Sociedad. ¡Queremos avanzar en el combate a cualquier forma de discriminación o violencia de género!
- …en una VR que promueve la formación y la capacitación continua de las hermanas en la vida y para la vida. Eso nos ayuda a integrar las diversas dimensiones de la vida, fortaleciendo nuestra identidad en misión de comunidad en el mundo. ¡Es tarea continua, personal, comunitaria y congregacional!
Para nosotras tiene importancia vivir en comunidad como hermanas, compartiendo un mismo carisma en misión, vivido desde los consejos evangélicos que nos encauzan en el camino. Otras, antes de nosotras, soñaron y vivieron este camino; hoy la antorcha está en nuestras manos y corazones. Mañana, otros pies seguirán nuestras huellas. Todo ello lo vivimos – ayer, hoy y mañana – en un movimiento de interconexión entre todas las dimensiones que entretejen nuestra Vida Religiosa. Siempre, siempre ubicadas dentro de nuestra Familia Carismática Vedruna, unida en el amor y el servicio con muchas otras personas, compañeras y compañeros de camino; y, a la vez, como en un movimiento espiral, compartiendo vida en misión con otras Familias Carismáticas, en la Iglesia y, desde ella, con toda la Humanidad. En ello estamos, motivadas a seguir avanzando por los caminos en misión.
¡Que hoy nos animemos mutuamente a permanecer fieles a la llamada, brindándonos un abrazo, en la complicidad de vivir juntas esta vocación a la Vida Religiosa, puro don de la Ruah, que sigue -hoy como ayer- haciendo nuevas todas las cosas!
María José Meira (Dedé), ccv