María José Sabaté, catalana de nacimiento y aragonesa de adopción, es madre de familia, abuela y ha sido profesora de clásicas durante muchos años en el Colegio Nuestra Señora del Carmen de Zaragoza (España).
María José, ¿Qué te ha impulsado a realizar tu compromiso laical en la familia Vedruna?
Hacía ya un tiempo que me lo estaba planteando. Cuando sientes la necesidad de hacer algo, es que ha llegado el momento. Decidí dar el paso y así sentirme plenamente integrada en la familia Vedruna.
Llevas muchos años en el laicado, ¿Qué te ha aportado?
Un sentimiento de pertenecer a una familia que está unida por el carisma Vedruna, el carisma que conocí en el colegio y que desde el primer momento con el buen hacer de las hermanas fue calando en mi ser.
Habéis iniciado el caminar conjunto con la cdad de hnas. En este sencillo caminar ¿qué os está aportando esta experiencia?
Yo siempre me he sentido muy unida a la Congregación y a las hermanas. Será por el trato continuo que he tenido con ellas durante todos los años que he estado dando clases en el colegio. Siempre he dicho que la residencia de las hermanas era mi segunda casa.
Me parece muy bien avanzar conjuntamente. A mí me da la seguridad de que el camino se hace bien y, además, mucha confianza al compartirlo con ellas.
Quienes hemos sido alumnas tuyas sabemos de tu entrega y dedicación a la educación. ¿qué te ha aportado tanto año de trabajo en el Colegio de Zaragoza?
Siempre he dicho que fue el Espíritu quien guio mis pasos para que entrara a formar parte del claustro y del proyecto educativo del colegio de Zaragoza. Mi trabajo como docente y educadora se vio enriquecido por los valores transmitidos desde el carisma de Joaquina.
¿Qué te gustaría comunicar a las profesoras y profesores más jóvenes que se incorporan a nuestros centros sobre el laicado Vedruna?
Es laicado es una asociación que enriquece a las personas si realmente te atrae el carisma Vedruna. Es una forma de enriquecimiento personal y de compartir vivencias, sentimientos y oraciones. Desde mi experiencia vital animaría a los profesores que empiezan su andadura en un colegio Vedruna que profundicen en las raíces de la congregación, que se dejen seducir por su carisma, que trabajen sintiendo los mismos sentimientos que embargaban a Joaquina y que sean luz para el alumnado que tienen en sus manos. Si sienten la llamada de participar en el laicado, que no lo duden, que es una forma de mejorar personalmente y enriquecerse en valores que a veces tenemos olvidados.