El 18 de diciembre se celebra el Día Internacional del Migrante, una fecha instaurada por la Asamblea General de Naciones Unidas en el año 2000 para resaltar la importancia de respetar y proteger los derechos humanos de los migrantes, y destacar la contribución de estas personas al desarrollo.
Esa idea de que la migración es riqueza está en el centro de todo el trabajo realizado por la Asociación Elín: una organización humanitaria que desde 1999 se dedica a la acogida y acompañamiento de personas migrantes en Ceuta. Hoy la ponemos en valor a través de las palabras de la hermana Paula Domingo,ccv, que lleva trabajando allí desde su fundación hace 25 años.
Vine aquí en septiembre de 1999, con dos hermanas más. Realmente, mi vida ha sido compartir con personas migrantes y refugiadas lo que soy y lo que tengo, desde una fe fuerte, convencida de que yo estoy aquí porque Dios quiere que esté.
Desde mi experiencia de fe, donde siento que Dios, a través de Joaquina, me ha llamado a vivir esta realidad, es desde donde disfruto y gozo de ello, porque para mí ha sido y es una una riqueza impresionante. Han pasado por la asociación más de 20.000 personas, voluntarios y chicos y chicas migrantes; y, realmente, para mí eso es una gran, gran riqueza que nunca podré agradecer tanto a Dios y a Joaquina. Porque si yo estoy aquí es porque la congregación me lo ha posibilitado, y en todo momento me he sentido muy apoyada y respetada en esta opción de vida, de estar al lado de las personas migrantes y refugiadas.
Ceuta es una ciudad española, en el norte de África, enclavada en el territorio marroquí; está situada en una península con una frontera de 8,3 km con Marruecos, todo lo demás está rodeado de mar. Para las personas migrantes, que vienen de distintos países del continente africano, Ceuta es la puerta para una vida mejor, que alcanzan después de superar una doble alambrada de 10 metros, con cantidad de elementos dañinos, que les hieren y hacen que lleguen con traumas y heridas muy graves. Según Paula, “llegan muy, muy machacados psicológicamente porque han tenido que superar una ruta muy dura”. Sin embargo, por el carácter fronterizo de la ciudad, allí la migración es vista con miedo y rechazo, por lo que se sienten poco acogidos.
Hace 25 años, Paula y otras dos hermanas de nuestra congregación inauguraron la actividad Vedruna en la ciudad, siempre con la intención de hacer una presencia de acogida, de sensibilización y de defensa de derechos humanos de los migrantes. Por aquel entonces, la situación era un poco menos difícil que en la actualidad, pues la frontera aún se estaba construyendo y muchas personas lograban entrar en la ciudad de Ceuta.
Las hermanas fueron recibidas en la casa de las Hermanas Adoratrices, quienes cedieron un espacio para acoger también a las personas migrantes, tanto menores como adultos. Así comenzó una labor que llega hasta la actualidad.
En 2002, se hizo evidente la necesidad de una estructura más social, abierta a personas de vinculación no solamente religiosa, sino de distintas creencias y posibilidades. Y también tener una cobertura social para denunciar violaciones que se daban en relación a las personas migrantes y refugiadas. Las tres hermanas y cinco personas de Ceuta crearon así la Asociación Elín.
La palabra “Elín” viene del libro del Éxodo, y es el nombre de un oasis que se encontró el pueblo de Dios cuando buscaba la Tierra Prometida; un lugar de paso donde reponer fuerzas y continuar. ¿En qué se materializa el trabajo de la Asociación Elín para hacer honor a ese nombre?
Tiene un origen realmente muy semejante: los chicos llegan a Ceuta después de atravesar un desierto muy duro, por diferentes países, y una alambrada más dura todavía, de diez metros con doble valla, con concertinas… Para ellos, llegar a Ceuta es realmente llegar un poquito a ese oasis, Elín, donde pueden descansar, reponer fuerzas, restituir su dignidad y prepararse para el futuro viviendo una experiencia de familia, de igualdad, donde pueden sentirse personas.
Al mismo tiempo, saben que Elín no es un sitio para quedarse, sino que es un lugar de paso. Igual que le ocurrió al pueblo de Dios cuando llegó a su oasis: sabían que esa no era la tierra prometida, pero pudieron disfrutar de lo que Dios en ese momento les regalaba, les posibilitaba, para descansar, reponer fuerzas y preparar el futuro.
Entonces, entiendo que Elín no es una casa de acogida, donde puedan quedarse a dormir y vivir.
No. Es un centro de día: estamos abiertos toda la jornada, de diez de la mañana a ocho de la tarde. Aquí les acogemos, les acompañamos a nivel personal, con el hospital, médicos, gestiones… Y también tenemos muchísimas actividades por la tarde para preparar su futuro y que se puedan sentir en familia.
¿Cómo es el día a día?
Por la mañana nos dedicamos a acompañarles, hacer entrevistas, encontrarnos con ellos, compartir actividades en universidades e institutos, acompañar a los grupos que llegan de la península para conocer la realidad de la migración en Ceuta…
Por la tarde tenemos la clase de español, que es la más importante, porque sabemos que la lengua es la llave para entrar en la cultura y en la sociedad. Dura dos horas, y hay distintos grupos con diferentes niveles, en los que siempre procuramos que haya una persona que hable su lengua: inglés, francés, árabe… Para ello, tenemos un nutrido grupo de voluntarios y voluntarias que participan con nosotros.
Después de la clase de español hacemos otras actividades de formación, recreativas, talleres… El objetivo es compartir y conocernos, dar a conocer la Asociación, las culturas española y las suyas, y poder seguir avanzando en esa experiencia de vida de familia.
¿Cuáles son los objetivos actuales de la Asociación?
Desde el principio, la Asociación tiene muy claros tres pilares fundamentales, que vivimos todos sus miembros en comunidad, en familia:
1. Acogida en igualdad. Creemos que todas las personas somos iguales en dignidad y derechos: por lo tanto, todas las relaciones que creamos son de igualdad. Lo que nos diferencia de los migrantes son las oportunidades: ellos han tenido menos que nosotros, pero a nivel de dignidad y derechos tienen los mismos. Es una acogida en igualdad y recíproca, porque no solo de nosotros a ellos, sino que también necesitamos que ellos nos acojan. Con la apertura que ellos nos muestran desde que llegan, solo desde ahí se da la relación de igualdad. Algo que potencia estas relaciones en igualdad es que en la asociación no damos cosas materiales como comida, ropa o dinero. El valor que damos son los vínculos: es por ello que ellos se sienten familia, ellos mismos informan a otros que van llegando de la experiencia que tienen en Elín y los traen para acá. Así vamos creciendo y vamos haciendo familia.
2. Sensibilización: ante el tema de la migración, sabemos que hay mucha ignorancia, se difunde información que no es real, que nos engañan presentando a persona migrante como peligrosa, desvalida, necesitada, que no puede aportar a nuestra cultura. Nuestra postura es todo lo contrario: vivimos la migración como riqueza, porque compartimos constantemente y sabemos todas las riquezas que ellos traen. Hacemos actividades de sensibilización dentro de la Asociación, donde nos conocemos y nos relacionamos entre nosotros; y luego, esta misma experiencia la llevamos fuera. Trabajamos en los institutos, en la universidad, con gente de fuera. Ahí es donde posibilitamos que se vea la migración como riqueza, y no como problema, porque esa es nuestra experiencia. Nuestra experiencia es que la persona migrante es una persona con mucha riqueza: con mucha capacidad de superar dificultades, conocer otras culturas, integrarse, colaborar y participar. Desde esa riqueza, nosotros sentimos que todos crecemos juntos, y creamos una sociedad más justa.
3. Denuncia: No podemos decir que estamos viviendo una acogida en igualdad si las personas con las que compartimos la vida no son respetadas en sus derechos. Cuando esto sucede, desde la Asociación y con ellos, pedimos que se respeten sus derechos. Y cuando no se respetan, denunciamos estas situaciones. Para ello tenemos distintas actividades: un círculo de silencio todos los meses, la marcha por la dignidad que hacemos una vez al año por la gente que muere en la frontera, comunicados y documentos que hacemos en relación a este tema.
¿Cómo es la situación actual de la migración en Ceuta? El último informe de vuestra página web es de 2020, y desde entonces habrán cambiado muchas cosas. ¿Podrías darme un poco la foto más reciente de eso?
Las personas a las que recibimos vienen normalmente de países en guerra, con grandes dificultades o situaciones de violencia. No siempre vienen de los mismos países. Ahora mismo tenemos personas de Sudán, Guinea Conakry, Burkina Faso, Mali, Sierra Leona, Marruecos, Argelia… La mayoría vienen buscando seguridad: sabemos que en Sudán y Mali hay guerra, en Burkina Faso hay terrorismo y violencia, en Guinea hay un régimen violento. Más que de la pobreza, todos vienen huyendo de la violencia y la guerra que están sufriendo en sus países
Es sobre todo gente joven, de 16 a 30 años, con mucha capacidad de superación: vienen con una gran resiliencia. Son capaces de reír y contar, después de un tiempo, cómo han sido torturados, perseguidos, apaleados. Realmente, estas personas traen una fuerza muy grande de querer mejorar su vida, e intentar que eso repercuta en su familia. Están muy comprometidos con sus familias y buscan una vida mejor para sus seres queridos.
Todos son gente muy pacífica: en 25 años que llevamos en Ceuta, nunca hemos vivido ningún acto violento o situación de maltrato. Lo más importante que nos aportan cuando llegan es la capacidad de sonreír siempre y estar abiertos a una vida mejor.
¿Cuál es la relación de la Asociación con la congregación Carmelitas de la Caridad Vedruna?
Desde su fundación, la Asociación Elín ha estado muy vinculada a la vivencia espiritual de la congregación, al mismo tiempo que siempre hemos estado abiertas a muchas personas de distintas creencias e ideologías. Eso nos ha posibilitado que siempre haya gente muy plural que forme parte del proyecto. Nos consideramos apolíticas y arreligiosas, en el sentido más estricto, porque estamos abiertas a distintas ideologías. Por ejemplo, tenemos unas Pascuas que celebramos desde 2005, donde participamos con los chicos, y muchos de ellos no son cristianos, sino musulmanes o hindúes, pero compartimos una experiencia de fe universal muy bonita.
De la congregación siempre hemos estado entre dos y cuatro hermanas, y hemos participado en todo. Ha sido una participación desde la gratuidad, en ningún momento hemos sido contratadas por la asociación, sino que siempre hemos sido unas voluntarias incondicionales. También vienen muchos voluntarios, y entre ellos hay gente que viene desde experiencia profunda de fe. Definitivamente, la Asociación Elín no sería lo que es sin la congregación. Eso está clarísimo: somos un motor fuerte dentro de ella.
¿Cómo está presente el espíritu de Santa Joaquina hoy en el trabajo de Elín?
Creo que se percibe a partir de todo lo que te he ido contando. Está en el espíritu de familia, la acogida en igualdad, el espacio donde todas las personas tienen lugar, donde podemos sentir que somos hermanos, hermanas, porque Dios es padre. Donde podemos vivir tan fuertemente esa igualdad que Joaquina, desde el principio cuando fundó la congregación, quiso mantener entre todas las hermanas, que no hubiera distinción. Eso es lo que vivimos aquí: ese aire de familia, esa acogida en igualdad, ese respeto a la persona, venga de donde venga y sea como sea.
Yo me siento Vedruna a tope, me siento hija de Dios a tope, hermana de todas las personas; esa es mi experiencia de fe y de vida.
Siempre digo que aquí vivimos la muerte y la resurrección. Dios cada día se nos manifiesta en los momentos duros, pero a la vez se nos manifiesta con la vida que traen ellos, con la vida que podemos hacer con la gente que también viene como voluntaria. Para mí, realmente es una experiencia de vida muy fuerte, donde la muerte y la resurrección me hacen sentir que lo que vivo merece la pena y Dios está en ello.
Para saber más sobre la Asociación Elín y las posibilidades de colaborar con ella, puedes visitar su página web: