Desde la llamada que el Papa Francisco nos hace en el Mensaje para la 32ª Jornada Mundial del Enfermo: “nosotros los cristianos estamos especialmente llamados a hacer nuestra la mirada compasiva de Jesús. Cuidemos a quienes sufren y están solos, e incluso marginados y descartados”. (Leer mensaje completo)
Como Familia Vedruna ofrecemos nuestro granito de arena, aportando nuestra dimensión sanadora del Carisma, que se renueva hoy en clave de cuidado. El cuidado cómo ha vivido Joaquina, de cuyo abrazo sanador nada quedaba fuera, especialmente las personas descartadas de su tiempo (Cf. NdN 19).
Por ello, celebrando esta Jornada, entrevistamos a nuestra hermana Joma Peter Muttuchira Myaliyil de nuestra Provincia de India:
Soy la Hermana Joma CCV, pertenezco a la Congregación de las Hermanas Carmelitas de la Caridad Vedruna. Vivo en una comunidad hospitalaria llamada Divya Chhaya-Subir, que se encuentra en el sur de Gujarat, India, y atiende a los habitantes tribales de esta zona. Soy médica, ginecóloga y médica de familia, ejerciendo como la Jefa de Medicina en un hospital de 30 camas desde hace 10 años.
¿Qué te enseñan los enfermos y personas con las que tratas?
La sencillez de estas personas indígenas me hizo darme cuenta de que la vida no es tan compleja y complicada. Están muy conectados con la naturaleza. Creen firmemente que la enfermedad es una invasión de un espíritu externo en el cuerpo y su costumbre es llevar a los enfermos al Bhagat, un hombre de Dios en la comunidad, para recibir consejo y hacer oraciones. Esta costumbre arrojó más luz sobre la definición de salud de la Organización Mundial de la Salud, que establece que la salud no es simplemente la ausencia de enfermedades físicas, sino un estado de completo bienestar físico, mental y psicológico. Aprendí a respetar su sistema de creencias, pero también a cuestionar ciertos conceptos y prácticas erróneas. Comencé a comprender que no aceptan fácilmente nuevas enseñanzas de personas externas a su comunidad, por lo que es mejor entenderlos y fomentar prácticas tradicionales que no sean perjudiciales y tener un enfoque integrado. Me enseñaron a llevar una vida más tranquila, a esperar pacientemente lo que no está bajo mi control y permitir que siga su propio curso. Su creatividad y habilidades me sorprenden con frecuencia. A lo largo de los años, la confianza que depositan en mí me impulsa a comprometerme más con mi trabajo. Considero que es una oportunidad dada por Dios estar con estos indígenas que están en la periferia.
¿Qué te ilusiona más en tu trabajo y dedicación?
Veo milagros casi todos los días en mis prácticas. Intento ayudar a los pacientes que vienen a nosotros de una manera holística, con la ayuda de un maravilloso y dedicado equipo del hospital Vedruna. Creo que mi vocación es una respuesta del Señor al clamor de ayuda de muchas de estas personas. Esto le da mucho sentido a mi vida y convicción en mi vocación, y me impulsa a ir más allá en mi servicio. Es una gran plataforma para ser testigo de los valores de Jesús y ser una bendición para estas personas indígenas.
¿Cómo hacéis el trabajo preventivo?
La prevención siempre es mejor que la cura, ya que requiere menos tiempo y recursos. Tenemos programas educativos y de detección continuos en el hospital, escuelas y aldeas sobre temas relevantes. Ayuda a las personas a mejorar sus comportamientos en busca de la salud y a detectar a los pacientes en una etapa temprana de su enfermedad.
¿Qué dificultades tenéis?
Aunque es emocionante estar en el campo de la salud en esta área remota y con recursos limitados, el trabajo continuo sin un reemplazo puede provocar agotamiento. Es extremadamente difícil obtener personal, financiamiento, etc., para llevar a cabo las actividades. Además, no contamos con el respaldo del Gobierno, ya que tiene la concepción equivocada de que servimos a estas personas para convertirlas al cristianismo, aunque utilizan los datos de nuestro trabajo para publicar las mejoras en los índices de salud de esta remota comunidad tribal de nuestro país.
¿Qué dirías a una joven que quisiera trabajar en el campo de la salud?
Si tienes pasión por Cristo y compasión por las personas que te rodean, este campo ministerial es una excelente opción para sanar a una persona quebrantada y convertirla en una persona sana. Es una profesión y un ministerio para proclamar la buena noticia.
Estuviste en Vic en el Capítulo XXVIII. ¿Qué te llevaste a India de la experiencia?
El Capítulo General 28 fue una experiencia enriquecedora para mí. Un encuentro de mujeres que comparten la misma visión y misión de seguir a Jesús en la Familia Carismática Vedruna en la Iglesia Sinodal. Fue una hermosa oportunidad para tener una experiencia directa de nuestras fortalezas, distribuidas en cuatro continentes diferentes, lo que es multicultural. También para conocer nuestra vulnerabilidad como minoría con número y recursos en declive. El CG 28 ha dado mucha esperanza para RENACER, personal y colectivamente, en esta era digital.