Haciendo memoria de la presencia de las Hnas Carmelitas  de la Caridad en Melipilla

La presencia de la congregación de las Hermanas Carmelitas de la Caridad de Vedruna en Melipilla comenzó en 1917, gracias a la iniciativa de la Sra. Rosa Mena viuda de Barros, quien deseaba que hubiera un colegio en la ciudad. Por lo tanto, solicitó a la congregación que fundara uno y ofreció un terreno ubicado en la calle Barros, además de una cantidad de dinero para el mantenimiento de la escuela gratuita. En 1919, se inició la construcción del edificio y en febrero de 1923 llegaron las primeras seis hermanas para formar la comunidad.

El colegio Nuestra Señora del Carmen, de enseñanza básica y humanidades, y la escuela particular n°13, de enseñanza básica gratuita, fueron atendidos por las hermanas durante 50 años, hasta que en 1978 se graduaron las últimas alumnas de enseñanza media y se cerró el colegio pagado. El colegio gratuito siguió atendiendo a alumnas hasta el año 2009 en un local ubicado en calle Vargas con Barros, cuando se trasladó al final de la calle Merced. Desde 2016, el colegio está dirigido por la Congregación Marianista y forma a alumnas y alumnos desde kínder hasta cuarto año de enseñanza media.

La comunidad de las Hermanas Carmelitas de la Caridad de Vedruna en Melipilla también fue un espacio de encuentro con el Señor para los habitantes de la ciudad, ya que en su hermosa capilla se celebraba la Eucaristía dominical, que era transmitida por radio y se convertía en un espacio de evangelización para los sectores rurales.

Siguiendo la invitación del Vaticano II a la Vida Religiosa a volver a las fuentes y renovarse, las Hermanas Carmelitas abrieron en 1976 la comunidad de inserción en Huilco Alto, y en 1980 inauguraron un policlínico en el costado de la casa. Por varios años, también asumieron la dirección del internado municipal para alumnas de sectores rurales ubicado en Chocalán.

En su esfuerzo por promover la formación de la mujer, consiguieron recursos con el Gobierno Vasco para construir un edificio en el Cerro de la Cruz que albergó diversos talleres de formación para las mujeres del sector, liderado por la Hna. María Arzalluz.

Las Hermanas permanecieron en Huilco durante 30 años, atendiendo no solo el policlínico sino también la vida pastoral de la capilla Santa Joaquina, visitando a las familias y colaborando con la catequesis de la parroquia Santa Teresa de los Andes. La Hna. María Teresa Laborda atendió el policlínico y junto a ella, laicos y profesionales que prestaban sus servicios gratuitamente. También se recuerda a la Hna. Ester Cepeda, quien creó el grupo de visitadores de enfermos.

Flor María, ccv