Crónica 3 de la visita del Equipo General a la Provincia de VedrunAmérica

Entre febrero y abril de 2025, las hermanas María Teresa Cuervo y Maggie D’Costa viajan en representación del Equipo General a la Provincia de VedrunAmérica

A continuación compartimos la tercera crónica de su viaje, entre los días 9 y 27 de marzo de 2025, que pasaron en República Dominicana y Haití.


República Dominicana

San Felipe de Villa Mella

Nuestro primer encuentro fue con las tres hermanas de la comunidad de Villa Mella. Viven en el sector occidente de la ciudad, una zona que tiene marcadas raíces y expresiones significativas de la cultura negra. 

Las hermanas se dedican a ser presencia significativa, como vecinas y acompañantes del servicio de salud. Además, también intervienen en la formación técnica de los jóvenes y el acompañamiento de la pastoral Vedruna en la escuela Vedruna de las Palmas. Compartimos también con algunos miembros de la comunidad cristiana San Felipe Apóstol y el sacerdote Rafael Puentes.

Mientras estuvimos en Villa Mella, acompañamos a la comunidad cristiana en la Caminata de la Fe: una actividad que se celebra el primer viernes de Cuaresma, en la que se pide por las familias, la paz y la salud. A las 4 de la tarde, con un calor intenso, un grupo de personas de la parroquia se reunió para dar inicio a la marcha. Comenzamos con una reflexión sobre lo que significa caminar juntos, el propósito de los momentos de silencio y las precauciones necesarias durante el recorrido, dado que la vía es muy transitada por transporte público y motos.

Nos encontramos también con las Amigas Vedruna de Villa Mella. Son un grupo de 35 integrantes, en su mayoría mujeres, unidas por la persona de Joaquina de Vedruna. Después de un proceso formativo y de participación en las comunidades cristianas de base, han cultivado un profundo compromiso cristiano, el cual han concretado a través de diversos voluntariados en áreas como la salud, la educación y las comunidades cristianas. Se reúnen una vez al mes para coordinar los turnos de visitas a los enfermos y el mantenimiento del centro de salud Santa Joaquina.

Anteriormente, se encargaban de la biblioteca, pero hoy en día, el acceso a internet y los teléfonos celulares han cerrado ese ciclo de servicio. Lamentan la pérdida de la lectura, el encuentro entre vecinos y las oportunidades de acompañar las tareas escolares. Este grupo valora profundamente los procesos formativos y el acompañamiento brindado por las hermanas, el cual ha sido constante durante más de 40 años. Agradecen sinceramente la incondicionalidad, cercanía y creatividad en la formación, siempre adaptada a las necesidades del grupo y al entorno en el que viven. Las reuniones mensuales, además de abordar la agenda correspondiente, constituyen también un espacio de encuentro donde comparten tanto lo gratificante como lo doloroso que experimentan en sus familias.

En Santo Domingo también visitamos la zona colonial: el centro de la ciudad, el malecón que defiende a la ciudad de las fuertes olas y a su vez embellece a la misma con espacio recreativos. La plazoleta en donde están ubicadas las casas reales, el primer reloj de sol del continente, la iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, la Catedral, parte de la muralla adornada con cañones, ofrece una vista muy bonita, además de la memoria histórica que allí se recoge. En la acera siguiente a la plazoleta está el altar a la patria. antigua iglesia y convento expropiado a la Compañía de Jesús. 

En el malecón se encuentra también la majestuosa escultura de Fray Antonio Montesinos, quien se preocupó por defender a los indígenas del atropello de los colonizadores: 

Decid, ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre aquestos indios? ¿Con qué auctoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tan infinitas dellas, con muerte y estragos nunca oídos habéis consumido? […] ¿Éstos, no son hombres? 

Sermón de Fray Antonio Montesinos, el 21 de diciembre 1511

Dispensario médico Santa Joaquina de Vedruna

Este es un pequeño centro médico que presta servicio en diversas áreas de la salud a las personas del sector. Los servicios son valorados por la atención cercana y familiar que se prestan en las áreas de laboratorio, medicina general, pediatría, ginecología y  odontología.

El cuerpo profesional presta sus servicios como un voluntariado, ya que el centro no cuenta con los medios económicos para remunerar a los profesionales de la salud. Solo reciben un aporte simbólico, comparado con lo que pueden ganar en un consultorio particular o contrato por el estado. El sueño es que algún día el estado los incluyera en su planilla de pago. La acogida a los pacientes y el servicio de limpieza y embellecimiento está a cargo del voluntariado de las Amigas Vedruna, quienes se reparte los turnos de servicio de la semana de acuerdo a sus posibilidades. 

Centro Vedruna de capacitación técnica

Este es un espacio formativo profesional a nivel técnico para las personas del sector, especialmente jóvenes, en su mayoría mayores de 18 años. En convenio con el Instituto Nacional de Formación Tecnico Profesional (INFOTEC) imparten diversos cursos para trabajar en cajero bancario, farmacia, modistería, varias áreas de belleza, manualidades con material de reciclaje…

Las instalaciones son sencillas, 4 aulas con una capacidad no mayor de 25 estudiantes cada una. Las personas que coordinan el centro tienen la satisfacción de que muchos de los estudiantes consiguen trabajo o de acuerdo a sus posibilidades económicas inician micro emprendimientos. 

El equipo que coordina el centro está integrado por cinco laicos, acompañados por una hermana. El ambiente es sencillo y de trabajo en equipo, en el que cada una de las integrantes tiene un rol, apoyándose mutuamente para que el proyecto siga adelante.

Comunidad de los Guandules

Hoy en día, las tres hermanas de esta comunidad siguen siendo una presencia constante en el lugar, actuando como vecinas que contribuyen según sus posibilidades y en sintonía con la realidad del sector. Acompañan la vida inserta en el barrio, el caminar de la gente sencilla, los adolescentes y jóvenes, participando de sus búsquedas y esperanzas a través de la formación contextualizada a las necesidades específicas de cada generación. Una de las hermanas es además la directora de la Escuela Vedruna Las Palmas.

El grupo de Amigas Vedruna del barrio Los Guandules está compuesto por alrededor de 20 personas, la mayoría mujeres, que se reúnen una vez al mes. En las reuniones tratan temas de formación sobre el momento de la Iglesia, tiempos litúrgicos y el Carisma Vedruna.

En una tarde, tuvimos la oportunidad de pasar tiempo con muchas de ellas. Durante este encuentro, compartieron la dinámica de sus reuniones, las cuales se realizan una vez al mes. Comienzan con la lectura de un texto del Evangelio o un acontecimiento de la realidad, iluminado por la Palabra de Dios o por una carta de Joaquina de Vedruna. Tras la reflexión, cada una comunica lo que ha vivido durante el mes, que incluye actividades como visitas a los enfermos, participación en la vida de la parroquia a través de cantos, lecturas, la bienvenida a las celebraciones y la catequesis, entre otras. Este grupo, lleno de fe y dedicación, representa una importante fuente de apoyo y compromiso con la comunidad, reflejando el espíritu de servicio y amor que caracteriza a la familia Vedruna.

Escuela Vedruna de Las Palmas

Esta es una institución educativa dirigida por una hermana y un equipo de gestión. Los maestros son designados por el Estado, al igual que los materiales educativos, cuya provisión también depende de esta instancia. Sin embargo, la escuela es responsable de buscar los recursos necesarios para el mantenimiento de la infraestructura y las mejoras en sus instalaciones. Aquí la comunidad Vedruna acompaña el proceso educativo, desde el estilo de la Propuesta Educativa Vedruna, fortaleciendo la espiritualidad y filosofía Vedruna.

El equipo educativo ha expresado su satisfacción por el ambiente familiar que se vive en el centro. Existe una gestión adecuada, marcada por la colaboración, el apoyo mutuo y la responsabilidad de cada miembro en su rol específico. Sin embargo, uno de los desafíos constantes que enfrentan es cómo abordar la situación de los niños a los que se refiere como hijos “padres muertos en vida”, es decir, aquellos niños que no reciben la atención necesaria por parte de sus familias. Para estos niños, salir de la jornada diaria escolar implica quedar expuestos a la calle jugando, sin cumplir con sus tareas ni continuar con su proceso de aprendizaje.

Escuela Fe y Alegría Matilde

En este lugar, las hermanas desarrollaron un trabajo educativo socio-pastoral profundamente comprometido. Matilda fue la primera hermana dominicana, que falleció muy joven.

Comunidad de Sabaneta

La comunidad se dedica a mostrar el rostro del Buen Jesús desde el Carisma Vedruna, siendo misericordiosas y comprometidas con los empobrecidos y su causa; sensibles a la realidad social y ecológica, acogiendo a las personas que vienen a nuestra casa de manera especial a los jóvenes y con los que compartimos la vida en misión, promoviendo una cultura vocacional.

Aquí conocimos a los jóvenes del campamento de verano, que tienen de 15 a 24 años. Se encargan de preparar y realizar unas semanas de vacaciones alternativas para los niños de esta zona rural. Además de organizar diversas actividades recreativas, formativas y creativas, ellos invitan a las personas de la zona a colaborar en la merienda de los niños.

También estuvimos con las Amigas Vedruna de Sabaneta, quienes están iniciando el proceso formativo acerca de la vida de los laicos en la Iglesia, sus llamadas y compromisos. Todos son maestros del colegio público Federico García Godoy, lugar donde trabaja una de nuestras hermanas. Su compromiso cristiano lo viven en la familia y realizando visitas a los enfermos, participando en los diversos grupos de la parroquia: bienvenida a las celebraciones, visitas a los enfermos, lectoras y el ministerio del canto.

Asamblea de República Dominicana

Tuvimos la asamblea de las hermanas de República Dominicana, participaron las siete hermanas que están en el país. Trabajamos el tema de la sinodalidad y el liderazgo compartido. En este espacio pudieron compartir que se sienten confirmadas y reconociendo que se han dado algunos pasos en estas áreas, tanto a nivel de país como de la provincia. Hubo resonancias en torno a cómo ser creativas y buscar maneras de reforzar las comunidades que están más frágiles. 

Tienen conciencia de sí mismas no solo como Caribe, sino como parte de la provincia entera de VedrunAmérica. Hay un gran deseo por generar una dinámica en el continente de tal manera que se cierren las menos presencias posibles, así como ponerse en actitud de discernimiento para determinar qué presencias reforzar, cuales acompañar hasta el cierre y cuales cerrar ya, porque no hay otra alternativa. 

Fue una jornada agradable y terminamos con el almuerzo y una prolongada sobremesa.


Más que particularidades, en República Dominicana nos llamó la atención la variedad de nombres que en el Caribe se le da a las frutas y tubérculos: por ejemplo, la papaya aquí es lechosa, mientras que a la maracuyá se le conoce como chinola. También nos fijamos en las palabras para el transporte: al uso de las motos como transporte público se llama conchar, y al autobús de servicio público, guagua. Una tienda pequeña de víveres se le dice colmado. 

También notamos que muchas personas tienen sobrenombres y se ha dado el caso que después de conocerlas así por muchos años, no conozcan su nombre verdadero. Esta experiencia la tuvimos en estos días en una de las reuniones: estuvimos con una señora vecina, conocida de toda la vida y cuando le pedimos presentarse, nadie conocía su nombre verdadero. Algunos ejemplos de los sobrenombres: Esteban es Pulungo, Altagracia es Petín, Angela es Negra, Camila Aidé es Ibelice…

Por último, escuchamos una llamativa creencia popular, contado por la persona que lo experimentó en su familia. Una madre de familia tuvo 13 hijos, de los cuales los seis primeros murieron por diversos por motivos de salud y a edades distintas. La mamá, sin obtener respuesta de los médicos del porqué de la muerte de sus hijos, acude a una adivina. Ella le dice que el niño que está vivo tiene la solución: consiste en cuando él esté jugando, tranquilo, le pegue. Con dolor la mamá lo hizo y a partir de ahí sus 7 hijos sobrevivieron.

Haití

Debido a la situación de violencia e inseguridad en Haití, las tres hermanas aquí presentes decidieron salir del país antes del cierre de la frontera. Después de un profundo discernimiento y con gran dolor, se instalaron en un punto fronterizo en República Dominicana, concretamente en Jimaní, en noviembre de 2024. Este punto fronterizo se encuentra entre Haití y la República Dominicana, y por él transita el suministro de víveres, materiales de construcción, productos industriales, entre otros, hacia Puerto Príncipe. En su nueva ubicación, las hermanas continúan acompañando la misión en Haití, y en el pueblo de Jimaní han comenzado a desarrollar actividades pastorales y sociales en colaboración con la ONG Montalvo, dirigida por los padres jesuitas. 

Dada la actual situación de violencia en Haití y el cierre de la frontera, la comunidad acompaña, tanto de manera virtual como presencial cuando es posible y necesario, a los educadores, al Centro de Salud y a la potabilizadora de agua, en la frontera. Esta comunidad tiene los siguientes objetivos: 

  • 1. Dejarse humanizar por el pueblo, aprendiendo de sus valores, como la simplicidad de su estilo de vida, de su cultura, escuchando sus clamores, sus sueños y sus anhelos. Teniendo el oído atento a Dios; los ojos fijos en Jesús, identificándose con Él y haciéndolo el centro de su vida; y los pies en la realidad sufriente de nuestro mundo, comprometiéndonos con el proyecto liberador de Jesús.
  • 2. Vivir con lo suficiente, aceptando lo diferente, defendiendo el derecho a una vida digna para todos y todas. En esta realidad que vivimos, somos llamadas a escuchar los gemidos de esta tierra maltratada, saqueada, haciendo crecer en nosotras y en la misión que llevamos entre manos una creciente sensibilidad con respecto al ambiente y al cuidado de la naturaleza. (Familia Vedruna, Casa de Puertas Abiertas, Nº.3) 
  • 3. Cultivar relaciones de amor y ternura con Dios y toda la creación, haciendo de  la comunidad un lugar de acogida de cada persona tal como es. Con la Parroquia de San José, cuyos responsables son los claretianos, están buscando su lugar de inserción en la misma.

El encuentro con las hermanas de esta comunidad tuvo lugar en la calle, entre dos galpones del mercado, rodeadas por el ruido de los camiones que abastecían las tiendas. Este ambiente fue muy significativo para nosotras, ya que refleja de manera palpable la realidad de Haití y lo que significa estar insertas en medio de los más pobres. En el diálogo, surgieron cuatro elementos clave que coincidieron con nuestras propias reflexiones: 

  • La conciencia de la presencia del Dios de la Vida, quien camina junto a su pueblo 
  • La confianza que las hermanas y la Congregación han depositado en ellas
  • La comunicación constante que mantienen, acompañándolos tanto a distancia como en la cercanía para resolver inquietudes 
  • La reafirmación de que los servicios que brindan son absolutamente necesarios, especialmente en este contexto de emergencia. La educación, la alimentación y la salud son fundamentales para que los niños puedan salir adelante y, con el tiempo, convertirse en agentes de transformación en su realidad.

Comunidad El Limón

Se dedica a apoyar y ofrecer un proceso de formación y catequesis sacramental. Aquí se encuentra Betania Montero, representante de ACNUR en Jimaní. Como trabajadora social, se encarga de estar atenta y prestar atención a los niños, especialmente a los niños Haitianos deportados- Se encarga de dar a conocer los derechos de los niños nacidos en tierra dominicana. También está Mateo Austin, representante de CEDECO, que trabaja por los derechos humanos, especialmente con los Haitianos deportados.


De Haití, nuestra percepción es que a casi nadie le interesa la solución del conflicto que allí tiene lugar. Sin embargo, los haitianos sueñan y creen que llegará el día en el que todo esté organizado y en paz. Todos llevamos dentro la solidaridad y la humanidad: hay muchos gestos de acogida, ayuda, hospitalidad. A la vez, en un sector de la población se siente con claridad la discriminación a los haitianos. Se siente el miedo que tienen de ser deportados a su país, cuando ven o presienten el peligro de la deportación, corren y huyen. Los camiones del ejército pasean todo el día para capturar indocumentados y luego se lo entregan a la “migra”, ya que deben completar el número de deportaciones que el gobierno les pide.  Hay personas que han sido deportadas hasta tres veces y retornan por las montañas, caminando hasta tres días ya que allí en su tierra no hay medios para sobrevivir.


Las demás crónicas de la visita ya están disponibles: