Entre febrero y abril de 2025, las hermanas María Teresa Cuervo y Maggie D’Costa viajan en representación del Equipo General a la Provincia de VedrunAmérica.
A continuación compartimos la cuarta y última crónica de su viaje, entre los días 27 de marzo y 19 de abril de 2025, cuando estuvieron en Puerto Rico y Estados Unidos.
Puerto Rico
Comunidad de Guaynabo
Celebrando 75 años de presencia, de animar, acompañar y servir en los ámbitos de la educación, el trabajo social, la pastoral y la salud, el pequeño grupo de hermanas Vedruna de Puerto Rico inicia una nueva etapa.
Debido a la fragilidad y la edad avanzada de las hermanas, y ante la imposibilidad de recibir refuerzos desde Vedrunamérica, después de un largo discernimiento se ha tomado la decisión de cerrar esta presencia. Sin embargo, se abre una nueva modalidad: dos hermanas, Ada Miriam y Virgenmina, continuarán en Puerto Rico compartiendo la vida comunitaria y el cuidado mutuo junto a las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl; mientras que la tercera, María del Carmen, con sus 91 años va destinada a Lima, Perú.
La celebración de la Eucaristía de acción de gracias y envío de las tres hermanas que conformaban la comunidad fue un momento profundamente especial. La Eucaristía fue presidida por Monseñor Eusebio Ramos Morales, obispo de Caguas, y contó con una notable y admirable respuesta a la invitación: amigos, conocidos, laicos asociados y miembros de la Vida Religiosa se hicieron presentes para acompañar este momento tan significativo. Compartimos con la comunidad cristiana de Aibonito; el obispo de San Juan de Puerto Rico, Monseñor Roberto González N.; el Presidente de la Conferencia de Religiosos de Puerto Rico, Fausto Cruz, Claretiano; la secretaria de la Conferencia de Religiosos de Puerto Rico, el responsable de la Vida religiosa de la diócesis, Alfonso Guzmán OFM; la decana de la Universidad Interamericana; Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paul y religiosos de otras congregaciones; además de numerosas amigas y amigos Vedruna, entre quienes se contaban los Laicos Asociados de Aibonito.
El ambiente estuvo marcado por una mezcla de alegría y tristeza, vividas con gran intensidad y hondura. En su homilía, Monseñor Ramos subrayó el llamado a la fidelidad en la Vida Religiosa, y destacó que, con esta nueva etapa, las Hermanas Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl y las Carmelitas de la Caridad Vedruna emprenden en Puerto Rico una experiencia inédita: la vivencia de la ayuda mutua y el compartir fraterno entre congregaciones. Esta iniciativa abre paso a un nuevo horizonte en la Vida Religiosa, con un enfoque intercongregacional que podrá inspirar experiencias similares en otros contextos.
De Puerto Rico, nos llamó la atención lo siguiente:
- El coquí de Puerto Rico es una pequeña rana arbórea (amphibia) nativa de la isla de Puerto Rico. Se caracteriza por su llamativo sonido, que suena como “co-qui”, el cual utiliza para atraer a las hembras durante la temporada de reproducción. Se dice en el pueblo que “el coquí solo canta en Puerto Rico”.
- La solidaridad, cariño y cercanía de la gente que ha pasado por la vida de las hermanas en 75 años en Puerto Rico. La gratitud es inmensa y lo expresan no solo con palabras, escritos, frases, sino que lo acompañan con detalles.
- Se realizó un pequeño mercado con los objetos de la casa y pertenencias de las hermanas, que se vendían a precios simbólicos a los vecinos que deseaban tener un recuerdo de las hermanas.
- La actitud de las hermanas Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl fue profundamente generosa y fraterna. No solo se ofrecieron con prontitud a ayudarnos a recoger la casa, sino que también mostraron una hospitalidad y un cariño entrañables hacia nuestras hermanas. Repetían con frecuencia una frase que sintetiza el espíritu compartido: “Nos une la Caridad”. Por su parte, nuestras hermanas han experimentado avances significativos en su integración a la nueva comunidad. El primer momento de acogida y bienvenida las impactó profundamente. Encontrarse en una comunidad formada por 25 hermanas les brindó un sentido de seguridad y pertenencia que ha sido clave en este proceso de transición.
En la web también se pueden leer estos dos artículos sobre el envío misionero de las tres hermanas de Puerto Rico:
Estados Unidos
Comunidad de Washington
En esta comunidad se encuentran cuatro hermanas Vedruna, que se dedican a acompañar los procesos de los inmigrantes, especialmente latinoamericanos, ya sea en organizaciones o en la parroquia de San Bernardo. También sostienen la vulnerabilidad en la enfermedad y edad avanzada de nuestras hermanas.
Además, una de ellas participa en la junta directiva de UNANIMA Internacional: una Organización No Gubernamental (ONG) con Estatus Consultivo Especial ante el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC). Fundada en 2002, está compuesta por 23 congregaciones de religiosas, entre las que se cuenta nuestra congregación Carmelitas de la Caridad Vedruna.
El primer encuentro comunitario tuvo lugar en la residencia de personas mayores, donde vive nuestra hermana María Rosa. Fue un espacio breve pero muy significativo, ya que, a pesar de las limitaciones de edad y salud de las hermanas mayores, pudimos compartir un momento de encuentro familiar junto con Migdalia y Maureen. Adaptamos nuestra propuesta comunitaria a las circunstancias del momento, lo que permitió que fuera un verdadero gesto de comunión y cariño.
También tuvimos una cena y un encuentro de agradecimiento con personas amigas de las hermanas, quienes han acompañado o participado en los inicios —hace ya 70 años— de nuestra misión en Estados Unidos. En ella estuvieron presentes las personas enviadas por el seguro de salud, que han colaborado con nosotras en el cuidado de las hermanas enfermas desde aproximadamente el año 2003.
Tuvimos la oportunidad de visitar el Panteón de las hermanas, así como la Parroquia San Bernardo de Clairvaux y Nuestra Señora de Fátima,dos parroquias que comparten un mismo edificio; y también visitamos The Basilica of the National Shrine of the Immaculate. Además, con la hermana Maureen estuvimos en la Fundación GHRC – The Guatemala Human Rights Commission USA, que presta apoyo jurídico, ayuda y protege a los emigrantes guatemaltecos, y allí compartimos con Verónica Serrano.
En Estados Unidos, nos llamó la atención lo siguiente:
- Las señoras – o acompañantes – migrantes, enviadas por el gobierno, que cuidan de las hermanas durante unas horas del día, destacaron su agradecimiento por el trato recibido de cariño, respeto y sentirse en familia. Subrayaron que es distinto trabajar con las hermanas que en una familia particular.
- Los que fueron jóvenes en su tiempo, recordaron y agradecieron el esfuerzo de las hermanas de formarlos, y prepararlos para el futuro. Hoy realmente han salido adelante, además de tener elementos para acompañar a sus hijos en el proceso de crecimiento y maduración.
- Los amigos destacan cómo desde los inicios, siendo una congregación de origen español, las hermanas en su mayoría españolas y una norteamericana, viven la opción de seguimiento a Jesús, en su compromiso social y una pastoral que responde a la realidad. Resaltaron además su preocupación constante por formar líderes.
- Llama la atención cómo las hermanas sembraron las bases para que los latinos fueran autónomos y capaces de organizarse dentro de la comunidad cristiana. Hoy en día, poco se menciona a quienes prepararon a los latinos para construir un mejor futuro, lo cual evidencia que las hermanas supieron retirarse en el momento adecuado, permitiendo así su crecimiento.
- Nos llaman la atención los horarios de comidas: al mediodía es una comida muy ligera, como un sándwich, y la comida fuerte o formal es sobre las 6 p.m.
- Otro detalle importante es que las puertas de las casas están abiertas y las propiedades no tienen muros altos de concreto o material similar que aisle o separe de los vecinos.
Las demás crónicas de la visita ya están disponibles: