La nueva edición de la revista Diálogo y Encuentro ya está disponible. Este número, titulado La paz, fruto de la justicia, nos impulsa a mirar de frente las causas profundas de los conflictos armados y a comprometernos activamente en la construcción de una cultura de paz. La revista completa se puede descargar en el siguiente enlace, eligiendo previamente el idioma:
Hoy destacamos un artículo de la sección Vedruna en el mundo, escrito por Mitsue Shirahama, ccv. Después de la Segunda Guerra Mundial, Japón inició un camino hacia la paz y la democracia. La Iglesia, incluyendo la familia Vedruna, ha promovido la defensa del artículo 9, la lucha antimilitarista y el compromiso con la justicia y la paz.
Un poco de historia
Después de la Segunda Guerra Mundial, Japón se rindió en agosto de 1945 con gran humillación tras la destrucción de dos importantes ciudades, Hiroshima y Nagasaki, debido al lanzamiento de bombas atómicas (el primero de este tipo en la historia de la humanidad). Con esto, terminó el gobierno militar en Japón, que había perdurado durante largo tiempo, invadiendo y causando grandes daños a países vecinos, y se inició la creación de un gobierno más democrático.
En esta época, bajo la exigencia y vigilancia de los Estados Unidos, se redactó una nueva Constitución, en la que se incluyó el rechazo absoluto al armamento y la guerra. El artículo 9 de la Constitución prohíbe explícitamente la creación de un ejército y el uso de armamento para la guerra o la invasión a otros países. Sin embargo, hoy, después de casi 80 años del fin de la Segunda Guerra Mundial, Japón sigue subordinado a los Estados Unidos y busca mantenerse bajo su ala como gran potencia militar. En este contexto, el gobierno japonés intenta modificar el artículo 9 para poder convertirse en un aliado militar activo de Estados Unidos.
La Iglesia en Japón, tras la creación de la Comisión Nacional de Justicia y Paz en la década de 1970, ligada al Vaticano, inició un proceso de concienciación entre los cristianos. No obstante, este fue un proceso lento, ya que muchos cristianos tenían una espiritualidad arraigada en la Iglesia desde hacía siglos, centrada exclusivamente en la salvación de las almas, dejando de lado la dimensión humana y social. Fueron necesarios muchos años para que la comunidad cristiana creciera en esta nueva conciencia. Con el tiempo, la Iglesia en Japón ha desarrollado una visión más crítica frente a las injusticias sociales y en defensa de los derechos humanos. En nuestra Provincia Vedruna, hemos seguido un proceso similar. Antes ni siquiera podíamos hablar de problemas sociales y políticos o manifestarnos a favor del artículo 9 de la Constitución japonesa, que se encontraba amenazado. Hoy en día, tenemos una visión más crítica y somos más sensibles a los problemas sociales, lo que nos permite hablar serenamente sobre estos temas.
Nuestro compromiso con la paz
Resumimos nuestro compromiso con la paz desde cuatro áreas principales:
1. Lucha contra la construcción de una base militar estadounidense en la isla de Okinawa
Okinawa es una isla situada al sureste del archipiélago japonés, a unos 1.550 km de Tokio. Al final de la guerra, fue ocupada por Estados Unidos y, en 1972, devuelta a Japón. Desde 2010, hemos participado en diversas iniciativas promovidas por la Conferencia Nacional de Religiosas de Japón, como:
- Recogida de firmas contra la construcción de una base militar estadounidense en Okinawa.
- Manifestaciones de religiosos y cristianos frente al Palacio del Gobierno en Tokio.
- Participación en las protestas organizadas por la población local de Okinawa contra la construcción en Henoko.
- Visitas al lugar de la construcción y participación activa en la campaña de resistencia.
- Oraciones y seguimiento de las noticias sobre la situación en Okinawa.
- Participación en la celebración del 23 de junio, día en que se conmemora la masacre sufrida por la población de Okinawa durante la guerra.
- Impulso de la educación por la paz en nuestro colegio Aitoku, con visitas a Hiroshima y Nagasaki y encuentros entre alumnos de distintas escuelas sobre la paz mundial.
- Participación en la «Jornada de la Paz», organizada anualmente en agosto por la Iglesia en Japón.
2. Defensa del artículo 9 de la Constitución japonesa
Cuando el gobierno comenzó a plantear la modificación de la Constitución, especialmente del artículo 9, surgieron pequeños grupos de protesta en todo el país, como «Kyūjō o Mamoru Kai» («Grupo en defensa del artículo 9»).
- En la Iglesia católica, se formó «Peace Nine», coordinado por el obispo Matsuura Goro, con la participación de 3.000 católicos en 800 grupos activos.
- Estos grupos se organizan a nivel parroquial y regional, intercambian información sobre la situación del país y del mundo y participan en encuentros nacionales de la Comisión Nacional de Justicia y Paz.
3. Apoyo a las víctimas de conflictos actuales
La invasión rusa a Ucrania y la situación en Palestina nos preocupan profundamente. En la comunidad de Shimada, hemos apoyado la exposición de dibujos de niños ucranianos afectados por la guerra. Cada comunidad dedica un día a la semana a la oración por Ucrania y Palestina y ofrece pequeños donativos al pueblo que sufre.
4. Movimiento contra las armas nucleares
Japón es el único país que ha experimentado la devastadora fuerza de la bomba atómica. Los supervivientes de Hiroshima y Nagasaki han luchado incansablemente contra las armas nucleares y recientemente recibieron el Premio Nobel de la Paz. A pesar de la falta de apoyo del gobierno japonés, su testimonio ha inspirado a las nuevas generaciones.
Para nosotras, las hermanas Vedruna, su ejemplo ha dejado una huella profunda en nuestros corazones. Nos sentimos llamadas a seguir luchando por la paz, uniéndonos a quienes trabajan por un mundo libre de guerra y violencia.
Hna. Mitsue Shirahama, ccv
La revista completa, Diálogo y Encuentro, La paz, fruto de la justicia, se puede descargar en el siguiente enlace, eligiendo previamente el idioma:






